Análisis

Javier Gómez: Por qué odié a “El Guasón” (The Joker)

Por qué odié a “El Guasón” (The Joker)

La película El Guasón es, por la sobrecarga publicitaria que ha tenido, una de las más esperadas del año. Aún más por ser precedida por la necesidad de olvidar la patética caracterización de Jared Leto en la horrible “Escuadrón Suicida”.

Esta nueva caracterización me dejó mal sabor, a pesar de que está siendo muy elogiada, ¿por qué? Varias ideas al respecto:

– Me pareció una trama excesiva y redundantemente dedicada a victimizar al personaje para explicar por qué es quien es, al punto de dar la impresión de ser un producto diseñado para entrar en contacto con quienes obran hoy, más por emocionalismo que por razón: la actual generación de los llamados hojuela de nieve (“snowflake”), a quienes no se le puede decir nada, porque “se ofenden”.

– Ahora está de moda, -con películas estilo Maléfica, Alicia a través del Espejo, etc., y series estilo Lucifer-, justificar al malo con ese mensajito tipo: si es o hizo algo malo es por alguna conmovedora razón, ajá, y ¿cuando eso implica hacer daño al otro? El Guasón habla de que él comenzó a matar por una “justificada” mezcla de elementos que hicieron enfáticamente miserable su existencia; es entendible en la trama ¿pero si cambiamos el crimen cometido por otra cosa? ¿Qué pasa si lo sustituimos -digamos-, por: violar? ¿Se aceptará en el futuro la trama de un pobre hombre feo; virgen a los 40; deforme, con problemas de mal olor y ronchas; de quienes todos se burlaron; una mamá que no fue buen modelo a seguir; que no tuvo padre, y lo apalearon injustamente cuando intentó devolver algo que se le perdió a una modelo; y por ello se convierte en un violador serial?

¿En qué limite ético se enmarca? ¿Decir que es una película y ya? Vemos que la historia de Batman, y de muchos de los héroes clásicos, tienen pérdidas trágicas en sus vidas y duros golpes, y sin embargo, eligieron hacer, a su modo, el bien. Por ejemplo, Batman, hasta en la trilogía de Nolan, (previa a las últimas bazofias posteriores), se niega a matar, porque hacerlo para él, es cruzar un límite que lo pondría al mismo nivel de sus enemigos. Daredevil es un héroe que plantea su creencia religiosa como motivo para no matar ¿a dónde nos está arrastrando la trama de esta nueva película?

– Se le llama “identificarse con el perdedor”, al fenómeno que hace que una persona se identifique con la víctima, y proyecte su victimización en ella, e incluso le venere y siga como modelo, ejemplos reales los tenemos en: los comunistas con el Che, Zamora, Maisanta, etc., los luciferinos con Lucifer, el ángel caído, etc. También está el fenómeno de quien se identifica con el victimario, y le cree inocente pese a que todo demuestra lo contrario: Ted Bundy, el asesino serial, (recientemente representado en película protagonizada por Zac Efron); la canción “Con los ojos cerrados” de Gloria Trevi.

– Tampoco me gustó ese mensajito de “los ricos son prepotentes” que tenía de trasfondo: “Buena es la riqueza, si está libre de pecado, y mala es la pobreza a juicio del impío” (Eclo, 13, 24).

– Otro elemento llamativo y aún más triste: ésta es la misma generación que hizo famosísima la trama de un millonario que apalea a su mujer “con elegancia”, en 50 sombras de Grey, lo que me lleva a preguntarme: ¿Qué tan mal esta nuestra sociedad cuando son estos valores los que “venden”? Cuando se deja de creer en Dios, enseguida se cree en cualquier cosa. G. K Chesterton

 

Javier Gómez Graterol, religioso paulino / periodista