Santa Cruz

HOMILÍA DEL CARDENAL JULIO TERRAZAS, 22-07-12

Muy amados y queridos hermanos y hermanas:

El Señor el domingo pasado nos envío para que lleváramos buenas noticias a un mundo que ya esta cansado de noticias extravagantes o de noticias llenas de rencor, y hemos tratado de vivir esta semana ese ambiente de respuesta constante a las inquietudes de nuestro Señor.

Nuestra Asamblea Arquidiocesana con una participación extraordinaria asumió también las ganas de seguir sembrando paz, amor y libertad en nuestros ambientes. Ese ha sido un acontecimiento que no podemos olvidar porque involucra a toda nuestra Iglesia.

El día miércoles pudimos experimentar la alegría de la iglesia del Vicariato de Pando, los cincuenta años de su Pastor, Monseñor Luis Casey, fue el motivo y la oportunidad para seguir llenándonos de fervor y así poder continuar con calma pero sin descanso en el anuncio de la paz verdadera.

Ayer nuestra iglesia de Santa Cruz  ha dado otra sorpresa de amor con la concentración de miles de niños, no solo para mirar al Cardenal, sino para expresar su vida, sus problemas y anhelos como niños y adolescentes. Ese es también un acontecimiento que la Iglesia debe recordar.

Y Hoy de manera especial queremos sentir el llamado a ser hermanos con las hermanas iglesias de Alemania pero en especial con la hermana iglesia de Hildesheim cuyo 25 años (de hermandad) estamos celebrando. Santa Cruz ha sido, en el comienzo de esta Hermandad, uno de los referentes mas concretos y más claros, un compromiso con el Señor Obispo de ese entonces, Monseñor Joseph Homeyer, habíamos iniciado este caminar que se ha ido consolidando y se ha ido extendiendo a lo largo y ancho de nuestro país. Allá ha ido creciendo la preocupación por esta Bolivia de la que se habla tanto, que se habló muchas veces de manera negativa y después de maneras ilusorias pero que hoy vamos  comprendiendo que nuestro compromiso de hermandad nos lleva a no dejarnos arrastrar ni por ilusiones pasajeras ni por paraísos perdidos en los rincones de la tierra.

Llegamos al Señor hoy y lo contemplamos con cariño como el lo ha hecho con nosotros. Al regresar de su misión los apóstoles se reunieron con Jesús y le contaron todo lo que habían hecho y les había sucedido.

Una actitud muy típica de nuestros encuentros, de nuestras convivencias, de nuestras evaluaciones, contar y enumerar lo que hemos hecho y lo que  a veces ha parecido que esta mal. Y a veces nos quedamos dando la impresión de que hemos hecho mucho  y que ya estamos cansados, por eso que el Señor con toda franqueza les dice: Vengan ustedes solos, a un lugar desierto  para descansar un poco. Y explica Marcos que era tal el movimiento de la gente que iba de un lado para otro que no tenían tiempo ni siquiera para comer.

Esta invitación del Maestro tiene por cierto un fondo profundo humano de Jesucristo. El descanso es también parte de la evangelización, es una manera de decir que no podemos enredarnos con tantas cosas y olvidarnos de aquel que es la causa por la que realizamos hechos y acciones en nuestro mundo.

Recordaran lo que les dije el domingo pasado: muchas veces nuestras reuniones hablamos de las cosas que hay que hacer y de las cosas que no hay que hacer y nos olvidamos del Señor. A Él no lo conocemos, no lo reconocemos.

“Vengan a descansar” Y cuando llegue allí la multitud se había adelantado, la gente del pueblo tiene un sentido especial, querían mas palabras de vida, querían realmente que se les fuera formando para  cambiar el corazón y la mente, por eso es que corrieron dejando a los apóstoles que vayan en su pequeño barco pero cuando desembarcaron se había reunido una multitud de gente. Y Jesús al verlos tuvo compasión de ellos porque parecía gente que estaba desorientada sin Pastor.

Hoy queridos hermanos, estamos invitados a atender esta multitud de gente que anda dispersa, que anda perseguida, calumniada, esta gente que está en las cárceles y hospitales a esta gente que es incomprendida, a esta gente a la que se quiere eliminar de nuestro ambiente. Esa es la gente que esta cansada, atribulada desorientada.

Queridos hermanos, en la primera lectura (Jeremías) se nos había hablado de que el Señor iba a demostrar que Él era el Pastor de todo el mundo, en medio de las traiciones, en medio de las mediocridades de su representantes o de aquellos que querían orientar al pueblo; Porque Pastor no significa solamente aquel que se dedica al culto, Pastor es aquel que gobierna, es aquel que debe buscar soluciones a los problemas materiales, a los problemas económicos y a los problemas sociales, esa es su misión. Pero cuantas veces en el mundo y en nuestro mundo vemos que se ha perdido el horizonte de salvación autentica.

Por eso es que el Señor quiere quedarse con ellos y hablar con ellos. El texto dice “enseñándoles largo rato”. Pero no es solo una enseñanza teórica, no se trata de que aprendan dos o tres palabras más, no se les enseña a levantar esta mano o la otra en contra del otro, no se les enseña slogan que van repitiendo para ofuscar la mente de los demás; se enseña a dejar que cambie la mente, que nuestros pensamientos sean los pensamientos de Dios, que cambie el corazón para que nuestras acciones de amistad sean realmente obras de Dios en medio de nosotros y signos de esperanza para nuestro pueblo.

Eso es lo que hemos rezado con la Iglesia en esa oración que hemos hecho, que aumente nuestro fervor en la fe, en la esperanza y en la caridad.

Hermanas y hermanos: No podemos negar que no solo en Bolivia y en Santa Cruz, hay cosas que manifiestan una total desorientación de nuestro pueblo, también a nivel de América Latina, también a nivel de Europa y del mundo nos damos cuenta que hay un desazón, un descontento, problemas que no se resuelven ya como antes, encerrándose en sus escritorios sino que se tiene que salir a ver, a palpar que el hambre y la incomodidad va entrando en muchos ambientes y en muchas cosas que nos hacen ver un mundo desorientado.

Lo que pasa en Siria no puede dejar tranquilo a nadie, esa es una carnicería humana bajo el pretexto, muy en boga hoy, de defender causas que no son ni aceptadas por todos ni que buscan soluciones para todos.

Lo que ha pasado en Denver (EE.UU.), ese crimen tan cruel, tan brutal ¿Qué nos esta diciendo todo esto? –que- El mudo cuando se aleja de Dios pierde el sentido de la vida y cuando pierde el sentido de la vida es presa de cualquier motivo para cometer  crímenes y barbaridades.

El Santo Padre en estos días nos ha recordado que la paz en el mundo es posible, que no podemos pensar que no hay nada que hacer; La paz y la justicia, el amor y la libertad, tienen un espacio todavía en este mundo pero tiene que ser una paz autentica, verdadera, profunda, la paz que el Señor Jesucristo nos ha traído, Él es nuestra paz, dice San Pablo.

Esa paz tenemos que construirla entre todos y, que lindo y grande es poder hacer esto también de la mano con otros hermanos; De la mano de nuestros hermanos de Hildesheim y de Tréveris. Con ellos también queremos seguir trabajando para que el Dios de la vida sea respetado, para que cada hermano nuestro sea respetado, para que la creación entera sea respetada; porque la creación no puede ser objeto de pequeños gustos sino un espacio de liberación integral para todos sin  descuidar a nadie.

Hermanos de Tréveris y Hildesheim que están aquí presentes, gracias por su presencia, gracias por hacer cada cierto tiempo (cada cuatro años) una experiencia de fraternidad en muchos lugares de nuestra Patria. Les deseamos que esto les ayude a seguir  con ese  ideal de hacernos hermanos, de caminar juntos, de hacer realmente que la Iglesia sea este signo de paz autentica basada en la justicia y el amor, pero de paz no de una pausa en los conflictos que no terminamos nunca por resolver cuando lo hacemos  solo con argumentos de odio o de violencia.

La Iglesia que está aquí presentes, nuestra Arquidiócesis sea ha dado cuenta ya dónde están nuestros hermanos de Alemania, son los más altos (risas), a ellos hoy los queremos recibir en esta Eucaristía como hermanos, con alegría  y esperanza dándoles ese aplauso que siempre damos a quienes nos visitan.

Cristo es nuestra paz, este Cristo que llegue a través de los medios a todos los rincones de nuestro país, ansiosos de paz verdadera, que este  saludo del Señor llegue también a todos los que tiene que cuidar la naturaleza que el Señor nos ha dado, llegue con entusiasmo y alegría a hacerse unidad de todos pero al servicio de todos y no en beneficio de unos cuántos. Que el Señor de la vida los bendiga siempre.  AMEN.