La Iglesia Católica ha sido una de las primeras en levantar su voz alertando a la población sobre este proyecto y expresando su firme rechazo al mismo, en defensa de la Vida, particularmente de los más indefensos.
En esa línea, el Vicario General de la Arquidiócesis de Santa Cruz, Padre Juan Crespo Gutiérrez, celebró la Eucaristía en la Catedral este pasado 25 de marzo, fiesta de la anunciación del Señor, y en ocasión del Día del Niño Por Nacer.
Ocasión que aprovechó para exhortar a los fieles a comprometerse con el hermoso “don” de defender la Vida. El Prelado aseguró que debemos “estar agradecidos con Dios por ese don de la vida que supo entrar en el seno de nuestras madres, gracias a ese “Sí” prometido y cumplido por nuestras madres es que podemos celebrar hoy el don de la vida y, nosotros conscientes de este agradecimiento nos tenemos también que comprometer a defender la Vida”.
“Si nuestros padres supieron comprometerse con ella –con la vida- y por esta decisión de nuestros padres podemos existir, como agradecimiento podemos comprometernos también nosotros con las próximas generaciones para que tengan el mismo derecho del que nosotros hemos gozado, para que ellos también puedan tener el derecho de seguir existiendo y prolongar la generación humana” remarcó el Padre Crespo.
Así mismo recordó que “nuestra Iglesia en dos mil años siempre ha luchado por la vida frente a todo tipo de mensajeros o administradores y en todo tipo de naciones y culturas donde se ha tenido la tendencia a atentar contra el derecho a la vida de los que están por nacer; es allá donde nuestra Iglesia levantó la voz, allá nuestra Iglesia habló y proclamó que todos tenemos el derecho de la vida”.
Finalmente, el clérigo cruceño puso el ejemplo de jeremías que con una hermosa conciencia ha sabido reconocer que “todos nosotros existimos por el querer de Dios; nuestros padres han sido instrumentos, han sido medios para nuestra existencia. Es de ahí que nadie tiene derecho de quitar la vida del que está por nacer porque esa vida solo le pertenece a Dios”.
Terminada la Eucaristía, los fieles salieron de la Catedral para tener un momento de oración con la presencia de una imágen de la Virgen María. Allí rezaron el rosario pidiendo a Dios que en Bolivia se respete la Vida y no prospere la cultura de la muerte.