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El evangelio molesta a los ricos cuando su dinero es fruto del robo, negociados, injusticias o fraudes: Mons. Braulio Sáez

El 27 de enero, tercer domingo del año, la Santa Misa dominical realizada en la Catedral de Santa Cruz, fue presidida por Mons. Braulio Sáez, Obispo Auxiliar de la Arquidiócesis de Santa Cruz.

Ver video: Homilia de Mons. Braulio Sáez 27 de enero de 2019

En su Homilía dijo que la Jornada Mundial Juvenil, fue un encuentro de celebración y fe entre el Papa y los jóvenes, asimismo rememoró el mensaje del Santo Padre: “No tengan miedo, vayan adelante con esa energía renovadora”. También destacó la importancia del papel de los jóvenes en la sociedad: “Verdaderos maestros y artesanos de la cultura del encuentro”

Ver Video: Mensaje del Santo Padre a los jóvenes en Panamá

Con relación a la coyuntura regional, indicó que el amor de Cristo nos apremia en estos tiempos difíciles, tanto en nuestro país como en otros países del mundo, por ello dijo: “Estamos unidos en recuerdo, oración y eucaristía con nuestros hermanos de Venezuela” y expresó su esperanza en que el pueblo que ha sufrido persecución y destrucción, se anima al saber que Dios no lo abandona.

Ver Video: Mensaje de los Obispos de Bolivia al pueblo Venezolano

Mons. Sáez también se refirió al papel de todo cristiano: Dar la buena nueva a los pobres, vista a los ciegos, libertad a los oprimidos… De esta manera se debe tener en cuenta que la fe no solo es creer sino es vivir y testimoniar la vida de Jesús, por ello todo bautizado debe tener en cuenta que el bautismo nos habla de identidad, vocación y compromiso claro y valiente.

Mons. Sáez se refirió al papel de la Iglesia tomando como ejemplo a los pobres, cautivos, ciegos y oprimidos que buscaron respuesta en Jesús y que hoy nos desafían a nosotros. En ese contexto dijo que la Iglesia o está con los que sufren y los necesitados o deja de ser Iglesia. Por ello dijo “no podemos callar la verdad” y aclaró que “no es un capricho, no es política sino es un mandato del Señor”.

Por otro lado el prelado dijo que el Evangelio molesta a los ricos y poderosos, cuando su dinero es fruto del robo, negociados, injusticias o fraudes. Por ello “no podemos dejar de denunciar las injusticias, la pobreza, exclusión y corrupción”.

Finalmente Mons. Sáez dijo que el cristianismo no son verdades a creer o leyes a cumplir, sino, el cristianismo reclama y pide mi amor, el cristianismo es Cristo. Por eso dijo ¿A quién temeré? si El Señor es la defensa de mi vida.

Homilía de Mons. Braulio Sáez

Obispo Auxiliar de Santa Cruz

Enero 27 de 2019

La Jornada Mundial Juvenil, encuentro de celebración y fe entre el Papa y los jóvenes

Nuestra Iglesia está viviendo un momento de gracia muy especial, no podemos ser indiferentes ante este acontecimiento: El Encuentro del Papa Francisco en Panamá con los miles y miles de jóvenes del mundo, lo que se viene llamando la JMJ. Es un encuentro de fe y de diálogo entre el Papa y la juventud, momento de búsqueda a tantas respuestas como hoy se plantean nuestros jóvenes y a la vez, momento de celebración y de fe.

Jóvenes no tengan miedo, vayan adelante con esa energía renovadora

En su primer diálogo el Papa les decía: “Pedro y la Iglesia caminan con ustedes y queremos decirles que no tengan miedo, que vayan adelante con esa energía renovadora y esa inquietud constante que nos ayuda y moviliza a ser más alegres y más disponibles, más “testigos del Evangelio”.

Los jóvenes son verdaderos maestros y artesanos de la cultura del encuentro

Y les anuncia el sentido que tienen estos encuentros, ante las diferencias y diversidad de nacionalidades y procedencias, hay un mismo ideal y sentimiento: “Eso es posible porque sabemos que hay algo que nos une, hay Alguien que nos hermana. Ustedes, queridos amigos, han hecho muchos sacrificios para poder encontrarse y así se transforman en verdaderos maestros y artesanos de la cultura del encuentro”.

El amor de Cristo nos apremia en estos tiempos difíciles, tanto en nuestro país como en otros países del mundo

Encuentro entre los jóvenes y encuentro con Dios que da “la seguridad de saber que hemos sido amados con un amor entrañable que nos queremos y no podemos callar, un amor que nos desafía a responder de la misma manera: con amor. Es el amor de Cristo que nos apremia”. Palabras que no solamente son para los jóvenes sino para cada uno de nosotros en estos momentos difíciles por los que está pasando nuestro país y otros países del mundo. Encuentro en la fe que rompe todas las barreras.

Estamos unidos en recuerdo, oración y eucaristía con nuestros hermanos de Venezuela

En particular queremos encontrarnos y unirnos en esta mañana mediante el recuerdo, la oración y la Eucaristía con nuestros hermanos de Venezuela solidarizándonos para que se respeten los derechos de todos los ciudadanos y mediante el diálogo lleguen al entendimiento mutuo para buscar caminos de paz para el país. Desde Panamá el Papa Francisco exhortaba al cuerpo diplomático a buscar caminos de diálogo: “esto supone un compromiso en el que todos tengamos la osadía de construir «una política auténticamente humana» que ponga a la persona en el centro como corazón de todo”.

El pueblo que ha sufrido persecución y destrucción se anima al saber que Dios no lo abandona

Las lecturas que acabamos de proclamar nos invitan a dejarnos enseñar e interpelar por la Palabra de Dios. La primera lectura del libro de Nehemías nos presenta al sacerdote Esdras, con los levitas leyendo, comentando y explicando la Ley del Señor. Descubrimos un pueblo ansioso de escuchar, hasta el punto de llorar de alegría por todo lo que salía del corazón de Dios. Un pueblo que había sufrido la persecución y la destrucción pero ahora se sienten consolados y animados al saber que Dios está en medio de ellos, que no les abandona y renueva su alianza de amor como a sus antepasados.

Dar la buena nueva a los pobres, vista a los ciegos, libertad a los oprimidos…

El Evangelio de Lucas nos presenta también a Jesús en la sinagoga de Nazaret, su pueblo, ellos son sus vecinos, sus amigos y “entró en la sinagoga como era su costumbre los sábados y le entregaron el libro del profeta Isaías y encontró el pasaje donde estaba escrito: “El Espíritu del Señor está sobre mí, porque él me ha ungido. Me ha enviado para dar la Buena Noticia a los pobres, para anunciar a los cautivos la libertad, y a los ciegos la vista. Para dar libertad a los oprimidos; para anunciar el año de gracia del Señor”. Y terminó diciendo: “Hoy se cumple esta Escritura que acaban de oír”. Y podemos decir también nosotros al escuchar estas mismas palabras: Hoy se cumple en nosotros esta Escritura.

La fe no solo es creer sino es vivir y testimoniar la vida de Jesús

No cabe duda que este Evangelio debe suscitar en nosotros muchas preguntas, y la primera y principal de todas es ¿cómo vivimos nuestro compromiso bautismal y como vivimos nuestra fe? La fe no es solamente creer, es ante todo vivir y testimoniar, de manera que se nos identifique con el vivir de Jesús.

El bautismo nos habla de identidad, vocación y compromiso claro y valiente

En el Evangelio de hoy se dice que Jesús primero se siente “ungido” por el Espíritu de Dios, se siente amado por Dios y desde ahí toda su vida está en función del Padre. El bautismo configura nuestra vida con un nuevo estilo de ser, el bautismo nos habla de identidad y de vocación para proyectamos en medio del mundo con un compromiso claro y valiente.

Pobres, cautivos, ciegos y oprimidos, buscaron respuesta en Jesús y hoy nos desafían a nosotros

El Espíritu que empujó a Jesús al desierto y se manifestó en el Bautismo diciendo “este es mi Hijo, el elegido, escúchenlo”, es el mismo que nos dice a nosotros cual es la misión que debemos tener en el mundo. Jesús se siente enviado a cuatro grupo de personas: los pobres, los cautivos, los ciegos y los oprimidos, eran las personas con las que se encuentra todos los días y tiene conciencia de que no puede pasar de largo sin buscar una respuesta para ellos. Esos mismos sectores del pueblo de Dios nos desafían hoy a nosotros.

La Iglesia o esta con los que sufren y los necesitados o deja de ser Iglesia

Cuando Jesús se acerca a las multitudes, nos dice el Evangelio, que “se le conmueven las entrañas porque estaban como ovejas que no tienen pastor”, El ha venido para salvar a todos, ricos y pobres, blancos y de color, pero tiene conciencia que hay que comenzar por lo más urgente, por aquellos que carecen de lo indispensable: los pobres, los desheredados y los perseguidos. El Papa San Pablo VI decía en el Evangelii Nuntiandi, “la iglesia o es misionera o no es iglesia” (14) y en esa misma línea podemos decir que la Iglesia o está con los que sufren y los necesitados o deja de ser Iglesia.

No podemos callar la verdad, no es un capricho, no es política, es un mandato del Señor

El Evangelio que predica Jesús y el Evangelio que sigue anunciando la Iglesia es y, tiene que ser para el mundo de hoy, Buena Noticia. Por eso la Iglesia, es decir cada uno de nosotros, no podemos callar por ninguna razón el anuncio de esta verdad, no es un capricho, no es política, es un mandato del Señor: “Vayan y anuncien todo lo que yo les he enseñado”. Y los apóstoles fueron predicando y testificando con su vida, hasta con la muerte y el martirio, el mandato del Señor. Si queridos hermanos, lo que es buena noticia para los pobres, resuena como amenaza para los poderosos y para los que están en el poder.

El evangelio molesta a los ricos cuando su dinero es fruto del robo, negociados, injusticias o fraudes

Es cierto que el Evangelio puede y debe molestar, sobre todo molesta cuando ciertos sectores se sienten desnudados por la delincuencia en que están atrapados. Molesta a los ricos cuando su riqueza no es fruto de su trabajo sino del robo y de los negociados oscuros. Molesta cuando el dinero es fruto de la injusticia o de componendas fraudulentas. Eso mismo le sucedió a Jesús entre los suyos, que querían arrojarlo por el barranco de la ciudad. Jesús molestaba porque hablaba con la verdad en la mano.

No podemos dejar de denunciar las injusticias, la pobreza, exclusión y corrupción

Nos cuesta escuchar verdades que nos llegan al alma y preferimos no inquietar nuestra conciencia y vivir una vida cristiana anodina. Hoy los cristianos no podemos dejar de denunciar todo lo que va en contra de los derechos del hombre, las injusticias que vemos todos los días y de manera particular, no podemos ser insensibles a tanta pobreza, exclusión y corrupción.

El cristianismo no son verdades a creer o leyes a cumplir, el cristianismo reclama y pide mi amor, es Cristo

El Papa Francisco para animar a los jóvenes en Panamá en el seguimiento de Cristo poniendo en él toda su confianza citaba palabras de San Oscar Arnulfo Romero, quien decía: «El cristianismo no es un conjunto de verdades que hay que creer, de leyes que hay que cumplir, o de prohibiciones. Así el cristianismo resulta muy repugnante. El cristianismo es una Persona que me amó tanto, que reclama y pide mi amor. El cristianismo es Cristo». Ser cristiano hoy es hacer nuestro el mensaje de Jesús en su pueblo de Nazaret: “El Espíritu del Señor está sobre mí, porque él me ha ungido. Me ha enviado para dar la Buena Noticia a los pobres, para anunciar a los cautivos la libertad, y a los ciegos la vista…

¿A quién temeré? El Señor es la defensa de mi vida

Quisiera terminar con el Salmo responsorial que nos llena de esperanza y fortaleza cuando nos dice: “El Señor es mi luz y mi salvación ¿a quién temeré? El Señor es la defensa de mi vida. Espera en el Señor, se valiente, ten ánimo, espera en el Señor”.

Así sea.