Análisis

Editorial Página Siete: “Espantoso ataque terrorista en Kenia”

Espantoso ataque terrorista en Kenia Un atentado terrorista islamista ha sacudido nuevamente al mundo. Esta vez, el grupo extremista Al Shabab, basado en Somalia, ha perpetrado un horroroso ataque a estudiantes de la universidad de Garissa, en Kenia.

Cuatro hombres armados ingresaron en la madrugada del 2 de abril al campus y empezaron a disparar indiscriminadamente. Tomaron rehenes y luego resistieron la embestida de las fuerzas de seguridad.

El espantoso saldo es la muerte de 147 estudiantes. Los cuatro terroristas también fueron abatidos. Los relatos de testigos señalan que al principio de la toma los terroristas asesinaron a los estudiantes de manera indiscriminada, pero, posteriormente, separaron a los musulmanes de los cristianos y mataron a los últimos.

Al Shabab, que tiene influencias de los grupos terroristas Al Qaeda y el Estado Islámico, que operan en el norte del continente africano y en el golfo Pérsico, ha cometido así el más grave atentado terrorista en Kenia desde el atentado con explosivos sucedido contra la embajada de Estados Unidos en 1998 y que mató a 213 personas.

La banda terrorista afirma oficialmente que sus actos son una forma de reacción a las naciones que han conformado un grupo de estabilización en Somalia y que precisamente lucha contra el terrorismo.

Kenia es uno de esos países. Esa es la explicación oficial de los ideólogos de esta banda. Las razones no oficiales de haber cometido un acto tan bárbaro son las mismas que motivan a otros grupos terroristas islamistas en el mundo, es decir, la cerrazón ideológica, la radicalidad religiosa y su idea de que el mundo debe vivir según parámetros medievales. Estos actos deben ser castigados pues no se puede permitir que el mundo esté aterrorizado por un grupo de desquiciados.

La duda está en cómo responder a estos ataques. La respuesta es con mesura. La organización Human Rights Watch, por ejemplo, ha pedido a las fuerzas de seguridad kenianas que den una respuesta “prudente y enmarcada en la ley” al atentado. Esas fuerzas han sido acusadas en los últimos años de cometer abusos y violaciones a los derechos humanos, precisamente en la región en la que está ubicada la universidad. Esas violaciones se dan contra minorías somalíes que viven en Kenia y contra musulmanes en general.

Al terrorismo se lo debe combatir con políticas de inteligencia, no con acciones de guerra indiscriminadas. Perú venció a Sendero Luminoso no con batallones de soldados, sino gracias a haber detectado el paradero de su líder Abimael Guzmán. Colombia derrotó a los cárteles del narcotráfico de la misma manera. Es el camino que Kenia debe seguir.

Al Shabab, que tiene influencias de Al Qaeda y el Estado Islámico, cometió el más grave atentado terrorista en Kenia en las últimas dos décadas.