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Delegación boliviana visitó la ciudad natal de san Juan Pablo II y los campos de concentración de Auschwitz – Birkenau

“Hemos pasado con los jóvenes bolivianos por estos lugares que nos marcan para siempre nos”, cuenta Monseñor Estanislao, Obispo auxiliar de Bolivia, al escuchar y ver las expresiones de los jóvenes peregrinos después de visitar la ciudad donde nació San Juan Pablo II y el Centro de Concentración de Auschwitz.

Como parte de las actividades preparadas en la semana misionera en la Diócesis de Gliwice. La delegación boliviana que participará en la JMJ con él Papa Francisco en Polonia, el viernes 22 de julio visitaron la ciudad donde nació san Juan Pablo II, en Wadowice y el Campo de Concentración Auschwitz – Birkenau. La jornada del viernes 22 de julio concluyó con una celebración Eucarística que fue presidida por Monseñor Estanislao, Obispo responsablemente de la Pastoral Juvenil de la Conferencia Episcopal Boliviana en el Centro de Espiritualidad San Maximiliano kolbe.

La Delegación de peregrinos bolivianos llegó hasta la cuidad de san Juan Pablo II, el gran amigo de la juventud y el artífice de las jornadas mundiales de la juventud. “Pisar esa tierra santa ha marcado y ha dejado huellas en cada una de las personas que han pasado por aquí y en esta oportunidades deja huellas en nuestros jóvenes bolivianos”, aseguró Mons. Estanislao.

“Creo que no se puede esperar de manera inmediata algunos signos visibles, porque hay algunos momentos en el que necesitamos un espacio para pensar y reflexionar y así fue la visita que realizamos al Centro de Concentración de Auchwitz, que ha dejado una huella en la historia de la humanidad. Hemos visto el lugar donde el odio llego a la cumbre, al lugar donde se habla del infierno en la tierra, pero el infierno preparado por el hombre, el lugar donde el sufrimiento y el dolor no tenían fin ni límites pero en este lugar tan doloroso también había luces de esperanza como fue la vid de San Maximiliano Kolbe y justo pasamos por el lugar donde dio un paso al frente para entregar su vida por un compañero que fue salvado. Después de la guerra este hombre que fue salvado por San Maximiliano Kolbe no quería hablar con los frailes ya que él se preguntaba y cuestionaba, porque él fue salvado y sus 2 hijos no alcanzaron a vivir en la libertad y murieron durante la guerra. Este hombre tiene una lucha interior pero llegó el momento en el que entendió que fue salvado para que él sea testigo de todo lo que paso en este infierno preparado por el hombre”. Dijo el Obispo Auxiliar de Santa Cruz.

“Hemos pasado con los jóvenes bolivianos por estos lugares que nos marcan para siempre y esto se escuchó en las expresiones de los peregrinos bolivianos”, expresó Monseñor Estanislao.