Ley de vida es que el tiempo pase sin que nada, ni nadie pueda detenerlo, sin embargo, también, es ley de vida que, aunque el tiempo pase incorruptible, las personas transiten por este inverosímil camino dejando huellas que desafían lo efímero, permaneciendo imperecederas con el único fin de marcar el camino de los que van a seguir.
Ese camino fue marcado por jóvenes entusiastas, revolucionarios, líderes y muchos de ellos laicos: Fernando Aguirre, Marta Urioste de Aguirre, Teresa Rosazza, Jaime Virreyra, Enrique Ipiña, Esperanza Górriz y Basilio Bonaldi que el 6 de abril de 1980, hace ya 42 años, decidieron marcar las primeras huellas del caminar del laicado, paceño y boliviano, volviendo la bella quimera, en una realidad tangible; a través de la fundación del Centro de Promoción del Laicado “Ricardo Bacherer” CEPROLAI, producto de esfuerzo, desafíos y luchas que como todo aquello que cuesta conseguir en la vida, bien vale la pena.
CEPROLAI, celebró su 42 aniversario como parte del Pueblo de Dios, mediante una Eucaristía, que fue presidida por el Arzobispo de La Paz, Mons. Percy Galván Flores y concelebrada por el Nuncio Apostólico en Bolivia, Mons. Angelo Acattino, El Obispo Auxiliar, Mons. Pedro Fuentes, el Director del Departamento de Pastoral Universitaria de la Universidad Católica Boliviana, Padre Antonio Delgado y el Co coordinador de la Pastoral Universitaria de la Arquidiócesis de La Paz, Padre, Alfonso Lopez.
CEPROLAI, célula referencial para el camino Sinodal
El Sínodo Diocesano de la Arquidiócesis de La Paz, tiene una sede, una célula referencial que es CEPROLAI. La institución asume este camino sinodal a través de las secretarias constituidas dentro de las cinco comisiones conformadas para llevar adelante este proceso: Teología- bíblica, Animación pastoral, Jurídica, Liturgia y Comunicación, sostuvo Mons. Percy Galván.
La máxima autoridad de la Iglesia paceña, en su homilía llevó a los asistentes a reflexionar sobre el agua que da vida en un sentido material- humano y eterno- teológico.
Que nunca nos falte el agua que da vida eterna, que es Jesús, exhortó el Arzobispo de La Paz, recordando el evangelio que narra el encuentro de Jesús con la mujer samaritana.
Iglesia somos todos los bautizados
Se ha dicho que es importante repetir las cosas para recordar.Los laicos eran espectadores como en un teatro y la jerarquía era la iglesia los bautizados acudían solo a escuchar la misa, rememoró el Nuncio Apostólico en Bolivia.
La valorización de los laicos afirmó, Mons. Angelo Acattino está compuesta por todos los bautizados, no es algo nuevo, pero es importante mencionarlo y destacarlo.
El Papa Fancisco insiste mucho en la sinodalidad, en el caminar juntos. Quitar el polvo y redescubrir lo que significa ser bautizado, pueblo de Dios, para volver a caminar con la cara un poco más limpia a través del agua que nos purifica.
La importancia de CEPROLAI, está en la formación. Es maravilloso ver que existe un centro que se dedica especialmente a la formación de los laicos. No es suficiente decir que los laicos cuentan, sino que están preparados, sino no sirve para nada. Este centro es importante porque permite a los laicos tomar conciencia sobre cuál es su rol en la iglesia y la sociedad.
La historia de CEPROLAI, es la historia del laicado en Bolivia
Ser y sentirnos pueblo de Dios, ese es el llamado que seguimos afirmó la Directora de CEPROLAI, Erika Aldunate, quien rememoró las palabras de Mons. Julio Terrazas como co partícipe de la fundación del centro de formación del laicado.
“Queda claro que la Iglesia no ha asumido a los laicos dentro de su propio contexto socio cultural, político y económico. No hay una opción clara por los laicos. Se habla de una opción por los pobres, la juventud, la familia, la mujer, pero a los laicos se los considera meros colaboradores y se olvida que es a partir de ellos y con ellos que algo se mueve en la Iglesia” Esta sentida frase, expresada hace más de cuatro décadas por Mons. Terrazas, refleja el sentimiento unánime y urgente de crear un espacio de acogida, escucha, reflexión, formación y diálogo en el que las y los laicos sean los protagonistas de la historia y la realidad que les toca vivir en todos los ámbitos de la sociedad.
Erika Aldunate, continuó volviendo a la vida y al presente las palabras del insigne Obispo compartiendo, en voz alta, las inspiradoras reflexiones de un hombre que siempre estuvo presente para apoyar el caminar del laicado “…lo que todavía es más desolador es que no haya comunicación entre el pueblo de Dios y sus pastores entre los cristianos de base y la jerarquía. Cómo servir a una comunidad humana si no se les escucha, si no se les da la oportunidad de expresarse de dialogar con igualdad de derechos y condiciones. La marcha de ambos parece ir paralela por un lado la vida de nuestros laicos y por otro los afanes de una vida pastoral eclesial, sin la participación de los propios interesados.
La raíz de todo está entre lo sagrado y lo profano, la fe y la vida, lo pastoral y lo social, la formación y el compromiso, la teología y la praxis, lo jerárquico y el pueblo. Nuestros movimientos sirven muy bien para asistir a la misa, hacer Kermeses de beneficencia, bingos y ciertas obras de misericordia pero no tienen ninguna incidencia social, política, económica y cultural, a todo esto se debe añadir la falta de formación renovada y profundamente evangélica del laico, falta de estructuras funcionales que canalicen la comunicación y la comunión entre los laicos para presentarse como fuerza viva y de contribución eficaz” Sin duda, afirmó Aldunate, las convicciones y coherencia de vida llevaron a Mons, Julio Terrazas a apoyar la fundación de CEPROLAI y su caminar.
CEPROLAI cumple 42 años de servicio en: formación, reflexión y acompañamiento, tanto a la sociedad civil como al laicado, no sólo de la Arquidiócesis de La Paz, sino de muchas comunidades de Bolivia y ahora asume el reto de acompañar el caminar sinodal de la Arquidiócesis de La Paz.