(SANTA CRUZ) La Iglesia expresa preocupación por incremento del narcotráfico, la pobreza y violencia domestica en contra de la mujer. Al inicio del tiempo de Adviento que prepara a celebrar la Navidad se exhorta a la comunidad a celebrar estos festejos como expresión de compromiso común en solución de estos problemas que van en desmedro de la dignidad de la persona.
El Cardenal Julio Terrazas desde Santa Cruz en la habitual celebración dominical pidió preparar los festejos de Navidad como signo de entrega y compromiso por la búsqueda de soluciones comunes y con sincero espíritu solidario tomando el camino del hermano al modo de Cristo.
“Cómo podemos malgastar una cantidad de dinero mientras se habla que en Bolivia hay más de dos millones de pobres que no tienen lo necesario para vivir, cómo podemos estar tranquilos cuando el 70 por ciento de mujeres son violentadas constantemente, cómo hablar de Navidad y decir que todo lo bonito se asoma cuando se habla que Bolivia está sembrada totalmente de droga y casi en manos de los narcotraficantes”.
La iglesia ha iniciado el tiempo de Adviento que precede a la celebración de la navidad, este inicio coincide este año con la celebración mariana de la Inmaculada Concepción venerada en varios puntos del país. En esa línea la máxima autoridad eclesial en Bolivia pidió vivir plenamente el sentido del lema que acompaña este año la fiesta de Cotoca: Con Maria buscamos cielos nuevos y queremos una tierra nueva.
Es un lema –dijo- que nos coloca inmediatamente en la dimensión de la Pascua del Señor, que invita a hacer todo nuevo y nos pide la capacidad para estar en peregrinación constante y que la Palabra llegue por el espíritu a cada hermano en todo el camino que toca recorrer.
Recordando el sentido cristiano del espíritu de navidad refirió que actualmente esto se traduce en comercio, consumo, fuga de la realidad, egoísmos reconcentrados, actitudes que desvirtúan el verdadero sentido de este tiempo.
“Eso no es el Espíritu de Navidad, es el espíritu del mundo que si nos descuidamos más es capaz también de destruir el espíritu de amor y fidelidad entrega y solidaridad que el Señor ha venido a enseñarnos en la tierra”.
El llamado de la Iglesia al inicio del Adviento hace hincapié en la capacidad de sentar presencia de Dios en medio del bullicio y una realidad donde muchos cierran los ojos y no se quiere hablar de Dios.
“Ahí está uno de los trabajos de la época de Adviento de no permitir que muera la esperanza de la libertad de los hijos de Dios, la esperanza de una justicia que no se convierte en un trapo sucio cómo señala la lectura de Isaías”.
Cardenal Terrazas recuerda que la preparación a la navidad no puede convertirse en un espacio de alienación sino un espacio donde se perciba con mayor claridad al Dios de la Vida que llega al encuentro del hombre.
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(texto completo de la homilía)
Nuevo año litúrgico
La Iglesia inicia hoy lo que llamamos un nuevo año litúrgico, nuevo año para Dios y para nosotros, un nuevo año como tiempo privilegiado para consolidar las exigencias de nuestra fe, que crezca la fe de frente a ciertas amenazas y discursos distractivos no quieran arrancarnos eso que es vital en el corazón del hombre de hoy, del cristianos de hoy: su adhesión a Cristo por encima de cualquier otro interés sea de persona o grupos.
Madre que llama a la adhesión total a su Hijo
Nos preside esta celebración la imagen de alguien que entregó la vida por la causa del Señor, de alguien que supo cantar cual era la voluntad de Dios, que se prestó para darle un rostro humano la Hijo de Dios que viene en busca de todos nosotros, que vienen a sembrar una nueva manera de vivir entre nosotros y expresar la alegría que proviene de Dios que se vuelca una vez más en búsqueda de los hijos e hijas que muchas veces lo olvidamos o le dejamos a un lado.
Hermosa presencia la imagen de nuestra Señora de Cotoca nuestra Madre nuestra Mamita que está presente en la Catedral en este domingo que inicia su novena. Ella también está interesada en que su pueblo que la ama, la busca y acude a ella; crezca en la fe, el amor y adhesión total al Padre de la Vida, al Dios de la Vida, a su Hijo que ha sido enviado para salvarnos.
Renovados desafíos en el nuevo año litúrgico
Celebramos el inicio de este año extraordinario, todos son años extraordinarios para los católicos pero este lo es mucho más porque las exigencias son muchas y nuevas o se presentan revestidas de ropajes de ovejas que encierran lobos quieren dispersar al rebaño de Dios.
Nos toca celebrar este domingo en compañía de toda la iglesia universal la iglesia en Bolivia, iglesia que peregrina en Santa Cruz, con la gente del campo, de las provincias, con la gente de las montañas y las selvas, con la gente que busca realmente cumplir la voluntad de Dios y ponerse a disposición de ese Señor que quiere hacer que todas las cosas sean nuevas.
Con Maria buscamos cielos nuevos y queremos una tierra nueva
El lema de la novena de la Virgen nos coloca inmediatamente en la dimensión de la Pascua del Señor, hacerlo todo nuevo: Con Maria buscamos cielos nuevos y queremos una tierra nueva.
No la tierra del pecado, no los cielos que aíslan o que alienan sino aquellos que nos dan la fuerza y capacidad para ponernos en marcha en peregrinación constante a fin de que esa palabra que llega a nuestro corazón a través del espíritu llegue también a cada hermano a cada hermana en todo el camino que nos toca recorrer.
Nos alegra estar esta mañana aquí con los hermanos y hermanas de la renovación carismática que concluyen su encuentro internacional y nacional.
Nos alegra poder escuchar al Señor en estos momentos en que han estado hablando del espíritu de la verdad, del espíritu de la vida, del espíritu que debe cultivarse en la familia de ese espíritu que es capaz de romper todas las estructuras del pecado y las tinieblas que van creando o inventando los hombres para que los otros no vean, no caminen ni sepan por dónde ir.
Verdadero Espíritu de Navidad
En estos días ya comenzando el mes de diciembre se nos habla de que ya se siente el espíritu de Navidad.
Se pregona se habla de esto pero ¿qué se entiende por Espíritu de Navidad?.. Se entiende el comercio, el consumo, la fuga de la realidad, egoísmos reconcentrados se entiende todo aquello que se opone a la presencia de Dios en medio de nosotros.
Ese no es el Espíritu de Navidad, es el espíritu del mundo que si nos descuidamos un poco es capaz también de destruir el espíritu de amor y fidelidad entrega y solidaridad que el Señor ha venido a enseñarnos en la tierra.
El camino de salvación que trae Dios
Es importante que nosotros sepamos por dónde va el camino de Dios, el camino de la salvación y recordemos con alegría y emoción la primera lectura de Isaías: Tu Señor eres nuestro Padre.
Es un pueblo lleno de dolor y sufrimiento, abatido por el pecado es un pueblo que ha cerrado los ojos ante la presencia de Dios y sin embargo en el momento de dificultad acuden a la presencia de ese Dios con el titulo más hermoso y humano que expresa todo lo grande y divino: Tu eres nuestro Padre.
Frente a un mundo donde nadie quiere hablar de Dios que se cierran los ojos a ojos a los grandes prodigios que realiza. Nosotros tenemos que ser capaces de hacer sentir en medio del bullicio que nosotros creemos en Dios como Padre, que el que llega tiene un nombre: Redentor Nuestro.
El es quien nos salva, es el que termina con las cadenas de esclavitud del pecado, es el que viene realmente a reencontrarnos a buscarnos en el camino de la vida para seguir caminando por las sendas de la justicia, la paz y el amor.
Estos son los nombres de un pueblo abatido pero que tiene fuerza para no permitir que muera la esperanza, Ahí está uno de los trabajos de la época de Adviento: no permitir que muera la esperanza, la esperanza de la libertad de lo hijos de Dios, la esperanza de una justicia que no se convierte en un trapo sucio –cómo dice Isaías-, nosotros hemos convertido nuestra justicia en algo impuro en una cosa en un trapo sucio.
Nos toca trabajar, por eso el Adviento no es alienación. La preparación a navidad no puede convertirse en un espacio de alienación, es un espacio donde parezca con mayor claridad el Dios de la vida de la esperanza, el Dios que viene a buscarnos por lo que somos y no por lo que tenemos.
Muchos dolores y sufrimientos tuvo el pueblo de Dios pero al final se constata: Tu Señor eres nuestro Padre.
Frutos de Adviento
Ese debería ser el fruto, el fruto de todo este tiempo de Adviento y el tiempo también de la novena de nuestra Madre.
Que podamos decir al final: Tu eres nuestro Padre, en quién vamos a confiar, en quién nos vamos a apoyar, quién nos ama más que Tu; los grandes prodigios que has hecho a lo largo de la historia no hemos escuchado que hayan hecho otros dioses ni visto a nadie que descubra otro dios al lado tuyo.
Por ello nuestra fe se centra y se hace expresión de amor y confianza.
Nosotros somos barro y arcilla, tú eres el Alfarero tú eres esa vasija extraordinaria, delicada quizá, pero extraordinaria y bonita que se presenta. Al fin y al cabo Señor todas las personas somos obra tuya.
Recordamos la Navidad pero recordamos y pedimos la segunda venida de Cristo y para esto necesitamos la ayuda de Dios. Paz y justicia para todos ustedes, paz y gracia de parte de Dios, paz para todos.
Estas son palabras que necesitan espacios en nuestros medios en nuestro país y nuestra sociedad.
Gracias de Dios, regalo de la vida de Dios en abundancia para todos, con tal que esa luz nos trae el Señor en la pequeñez del pesebre sea una luz capaz de abrirse por lo menos una rendija de corazón endurecido como lo tienen gran parte de nuestros hermanos.
Saber reconocer la manifestación del Señor
Recordamos la primera venida del Señor pero queremos que vuelva pronto y Pablo dice: Ustedes tiene todos los regalos de Dios, tienen todo lo que necesitan en este tiempo de espera. Abra dificultades abra problemas contradicciones, debilidades pero ustedes tienen todos los regalos de Dios para esperar a manifestación del Señor.
Tienen la palabra de Vida y esperanza, tienen el conocimiento de que hay un solo Dios y que no se anda adorando a los ídolos que se fabrican y se presentan día tras día.
Estar preparados y prevenidos
Hay que estar atentos hasta que vuelva el Señor tenemos que estar despiertos y vigilantes, saber que el Señor volverá cualquier instante; porque se parece a uno que se va de viaje y encomienda sus cosas y casa al cuidado de los servidores.
El Señor organiza su viaje pero antes de irse les encarga a sus servidores que cuiden su casa.
La Casa de Dios es nuestra casa, nuestras casas deben ser casas de Dios, nos toca cuidarlas, para que nadie venga a la Casa de Dios o nuestras casas a sembrar todo aquello que se opone al Dios de la verdad o los cielos nuevos que tanto anhelamos.
Defender nuestra familia, defender a nuestros jóvenes inculcarles todo esto que pide el evangelio es preparar una generación que oriente la vida y que se oriente siempre hacia el Dios de la libertad y no se someta a ninguna esclavitud por muy bonita y rentable que sea.
Les encarga su casa, el trabajo que tiene que hacer cada uno y le encarga al portero que no duerma, les da trabajo a cada uno, no les da consignas, no amenaza que si no dicen una cosa u otra serán castigados. No quiere hacer de su casa un lugar donde se pierda la capacidad de pensar de razonar de ver cuáles son los problemas cuales son las invitaciones de nuestro Dios para trabajar en la iluminación de los problemas y búsqueda de solucione adecuadas.
A cada uno le encarga un trabajo, no un slogan ni una consigna, eso de las consignas que se repiten de memoria por muy mal pagadas que estén económicamente no hacen más que reproducir las dependencias e impedir que el hombre y la mujer levanten sus ojos al cielo y comiencen a darle el rostro de la pascua y la vida para todos.
Estar vigilantes porque no se sabe el tiempo ni la hora..
Estén prevenidos, El va a volver, no se sabe en qué momento, estar vigilantes. Ahí está la exigencia de este tiempo litúrgico, ahí está la exigencia de esta novena de la Virgen que no es una novena para pasarnos un momento de distracción, que es continuar lo que por tantos años como Iglesia lo estamos haciendo, lograr que nuestra novena nos comprometa más en la solución de los problemas que atentan a Dios y los hermanos.
Pensemos en cielos nuevos y tierra nueva, en un momento en que todos piensan en desbaratar y destruir la tierra en que muchos no les interesa guardar esta riqueza que el Señor nos da para que puedan ser la fuente de vida de las generaciones actuales y las venideras. Un bien para todos y no para unos cuantos.
Navidad expresión de amor
Los festejos de navidad tienen que ser una expresión de esto, no pueden hacernos olvidar el trabajo y la lucha contra el mal.
Cómo podemos con sinceridad y tranquilidad malgastar una cantidad de dinero mientras se nos habla que en Bolivia hay más de dos millones de pobres que no tienen lo necesario para vivir.
Cómo podemos estar tranquilos si no nos preocupa el 70 u 80% de mujeres que son violentadas constantemente en el campo, en el hogar y puestos de trabajo.
Como podemos hablar de Navidad y decir que todo lo bonito se asoma cuando se habla que Bolivia está sembrada totalmente de droga y casi en manos de los narcotraficantes.
No podemos estar tranquilos ni felices por lo tanto a la navidad cristiana católica, la Navidad que nos viene a través de la Virgen Maria tenemos que darle un rostro de sencillez, no está prohibido los intercambios de regalos pero que se lo haga al modo de Cristo tomando el camino del hermano, ayudándole como hermano no como algo que tiene sobrando en casa y lo manda para que lo reparta entre los pobres.
La sonrisa del Niño Jesús
Se habla mucho de la sonrisa de los niños en estos días y eso es bonito está bien y hay que ser capaces de mantener esa sonrisa pero eso no es lo principal en navidad, lo principal en navidad es la sonrisa del Niño Jesús, del Dios que siendo grande se hace pequeño, que teniendo todo pasa a no tener nada del Dios, que a pesar del sufrimiento muestra a todos que ha venido a salvarnos no a dominarlo.
Tiempo de reflexión de oración de suplica confiada a nuestra Madre la Virgen para que ella nos ayuda a ser seguidores de su Hijo, seguidores discípulos del Hijo Amado que ha tenido y lo ha entregado no para llevarlo a pasear de un lado a otro sino para poder recibir su fuerza su ayuda y convertirnos en constructores de paz y justicia.
Amen.