Homilía de Mons. René Leigue Césari, Obispo Auxiliar de la Arquidiócesis, pronunciada en ocasión de la celebración de la Santa Misa Dominical en la Catedral de San Lorenzo Mártir de Santa Cruz de la Sierra. Al comenzar la homilía Mons. Leigue hizo votos por la salud del Arzobispo Mons. Sergio Gualberti Calandrina quién se recupera favorablemente de un malestar cardiaco que fué controlado oportunamente y con éxito por los galenos que tuvieron a su cargo la salud del lider de la Iglesia Católica en Santa Cruz.
Hoy es un día bonito para escuchar la palabra del Señor. Saludamos a los que participan por los medios de comunicación y saludamos también a nuestro Arzobispo que también le ha tocado participar en la celebración por los medios. Deseamos que siga recuperándose.
Diakonia genera la señal piloto para la Cadena de la Esperanza
Hoy en la lectura escuchamos algo importante, “Donde está tu tesoro, allí está tu corazón” importante reflexionar sobre estas palabras del Señor porque nosotros de alguna manera actuamos, porque hacemos, y luchamos por aquello que nos interesa, algo que vemos que es importante para nosotros, sobre eso vamos a trabajar, sobre eso vamos a luchar, sobre eso vamos a dar todo lo que tenemos. “Dónde está tu tesoro allí está tu corazón”.
En primer plano San Lorenzo en cuyo nombre fue erigida la Catedral de Santa Cruz
Algo importante nos dice en la 2da lectura, nos habla sobre la fe, Esa fe de Abraham llamado el padre de la fe, ¿por qué hablamos de él? Porque el desde el inicio ha hecho lo que el Señor le decía. Por la fe Abraham salió de su tierra para irse a esa tierra prometida del Señor sin saber dónde era, sin saber qué se iba a encontrar, sin saber qué le esperaba. Escuchó y el Señor le dijo quiero que tu vayas, y por la fe dice la lectura, él sale. Por la fe también su esposa Sara esperó y tuvo un hijo, a pesar de la edad, nunca perdió esa esperanza de que algún día el Señor le iba a dar lo que ella le pedía. Por la fe fue paciente y esperó hasta que el señor le concedió lo que ella le pedía. Por la fe que tuvieron Abraham y sara tuvieron ese hijo tan deseado y tan esperado. Pero por esa fe también que tenía cuando el Señor se lo pide en sacrificio, Abraham no dudó en dárselo en sacrifico al Señor. Abraham pensando en que si el señor se lo dio y el señor se lo pide en sacrificio. Abraham lo hace pensando en que no iba a perder a su hijo, porque si el Señor se lo dio, Él lo iba a resucitar.
El recientemente nombrado Obispo Auxiliar de Santa Cruz Su Excia. Mons. René Leigue Césari
Estamos en el año de la fe, preguntémonos cómo está mi fe, cómo estoy viviendo mi fe en el Señor. es una fe que tiene fundamento en la piedra o en la arena. Si está fundamentada en la piedra seguro que nuestra fe no se va a mover. Esa piedra es Dios.
La fe nos hace esperar aquello que no vemos pero si sabemos que existe. Nos invita a que hoy revisemos nuestro encuentro con el Señor. Por la fe podemos nosotros compartir con los demás. Vendan sus bienes y denlos en limosna. Aquel que tiene fe seguro comparte, ve la necesidad del otro. Aquel que no tiene fe no le interesa el sufrimiento del otro, solamente se preocupa por si mismo pensando que hay que acomodarse en la tierra y no pensar en lo que el Señor nos ha ofrecido y que es un premio para aquel que cumple su palabra.
Jesús hace recuerdo a sus discípulos, ustedes actúen de acuerdo a su fe, pequeño rebaño no tengas miedo, y se refiere a nosotros, que no tengamos miedo, y eso ha repetido Papa Francisco no tengamos miedo de ir contra corriente. A veces nos da miedo frente a lo que vivimos, vemos, escuchamos, nos olvidamos que este Dios está con nosotros, no nos deja a nuestra suerte no nos abandona y nos invita hoy a que no nos dejemos quitar aquello que es fundamental en nuestra vida, ya lo dijo el papa francisco NO SE DEJEN QUITAR LA FE.
Mons. René Leigue Césari
Se habla de la Misión permanente, del Año de la Fe de tantas cosas que la Iglesia nos ofrece. Y nosotros como lo aceptamos? Aceptamos este Dios que es bueno que no nos hace faltar nada y al mismo tiempo es exigente, como todo buen padre que quiere a su hijo. Aquel padre que quiere a su hijo le exige y está pendiente de el o de ella porque los quiere.
Por eso dice estén atento, porque nadie sabe cuando vendrá al encuentro. Para eso hay que estar preparados todos los días, no solo cuando estemos bien vamos a agradecer a Dios, ese testimonio de Abraham que nos ayude a nosotros a que en las buenas y en las malas Dios estará con nosotros. Si estamos bien Dios está con nosotros si estamos mal por algo será, pero a lo mejor no es culpa de Dios, sino a lo mejor nos hemos alejado de Él y no estamos cumpliendo la voluntad del Señor.
El señor nos invita a todos los que somos sus servidores y todos tenemos ese servicio de alguna manera en la sociedad, unos como obispos, como sacerdotes, como laicos, como autoridad que hacemos un servicio, estamos llamados para ello. Pero preguntémonos también cómo estoy cumpliendo ese servicio, soy un servidor del Señor que me ha dado la oportunidad de hacer algo por los demás, ¿lo estoy haciendo por el bien de los demás? o solamente estoy mirando mis propios intereses. Todos somos servidores, uno del otro pero cuanto más aquel que tiene más responsabilidad.
Al que se le dio mucho se le pedirá mucho, y al que se le confió mucho se le reclamará mucho más. Hay diferencia entre aquellos que tiene más responsabilidad y que deberían trabajar por los demás y aquellos que a lo mejor no pueden hacer muchas cosas que quisieran hacer y a veces nos quedamos con eso yo cuanto no quisiera tener esto para poder ayudar, si yo fuera esto podría hacer estas cosas, y aquellos que tiene la oportunidad de hacerlo a lo mejor no piensan así.
El señor nos invita hoy a estar atentos “no se desanimen, no tengan miedo” y el Año de la Fe nos invita a esto. Pidámosle al Señor cada día que nos aumente nuestra Fe pero esa Fe no solamente para que la vivamos solos sino podamos compartirla con los demás, podamos dar testimonio de nuestra fe. Santiago nos dice la Fe sin obra es un una Fe muerta. Si tenemos Fe tenemos que estar activos, tenemos que demostrar con nuestras obras, con nuestra actitud, con nuestra manera de ser, con nuestra manera de comportarnos con los demás, frente a los demás tenemos que demostrar que se creo en Dios, tengo Fe en Dios y Dios me manda para que ame a los demás, el mandamiento que nos dio el Señor: Ama a Dios y ama a tu prójimo como a ti mismo. Que fácil decirlo pero que difícil hacerlo.
El Señor nos hace recuerdo de eso: ¿Tiene fe? comparta con los demás, ¿Tiene Fe? ponla al servicio de los demás, ¿tienes Fe? entonces hazte un servidor de los demás.
Que el señor nos acompañe de verdad y nos siga ayudando para no dejarnos quitar la fe, tenemos fe? luchemos por todos y cuanto más por la vida, la vida que el Señor nos regala, la vida que el Señor nos da, es un gran regalo, todos queremos vivir. Hoy en día se habla de esto, del aborto y desde cuando empieza la vida, creo que eso no se debe discutir, la vida es un regalo de Dios y por lo tanto tenemos que luchar por ello, nadie puede quitar la vida así nomas, nadie puede decir desde aquí empieza tu vida y nos olvidamos del resto. Creo que nosotros estamos llamados a eso, luchemos por esa vida que el Señor nos regala, pensemos que es una criatura que viene, es una criatura que quiere llegar a este mundo, es una criatura que también quiere disfrutar de todo lo que el Señor nos ha regalado en este mundo y quiénes somos nosotros para decir no, a ti no te corresponde, tú no puedes llegar a este mundo, tú no puedes ser parte de este mundo en el que nosotros vivimos.
Creo que aquí estamos llamados nosotros, ¿Tenemos fe en el Señor?, ¿Creemos en El? Luchemos por la vida. No dejemos que otros decidan por sí solo, por la vida a lo mejor que no les corresponde, todos estamos llamados a luchar por la vida, por el bienestar de los demás,
Que el señor nos ilumine, nos de esa fuerza para hacerlo y que podamos cada día demostrar que creemos en el Señor, seamos esas personas alegres que creemos en Él y luchemos especialmente por la vida que el Señor nos regala.
Que así sea.