Destacadas Nacional Santa Cruz

Salgamos de los sepulcros de la violencia y resucitemos a la fuerza del amor: Mons. Sergio Gualberti

A los poderosos que querían acallar a Jesús en la cruz, el Padre responde resucitándolo

 

El anuncio de Cristo Resucitado, es el mandato fundamental de toda la Iglesia

 

La paz fruto de la pascua es rechazada por el mundo que confía en la fuerza, violencia y guerra por ejemplo la invasión de Rusia a Ucrania

 

En Bolivia persisten las amenazas, bloqueos, enfrentamientos, como medios para solucionar los problemas

 

Jesús es el camino para construir juntos una sociedad fraterna, justa y pacifica

 

Homilía de Mons. Sergio Gualberti
Arzobispo de Santa Cruz
17 de abril de 2022

A los poderosos que querían callar a Jesus en la cruz, el Padre responde resucitándolo

Cristo ha Resucitado ¡Aleluya, alegría! ¡Vive el Señor de veras! …”. Hermanos y hermanos, esto acabamos de proclamar con júbilo y alegría. El sepulcro está vacío, Jesús vive: “¿Por qué buscan entre los muertos, al que está vivo?” A los pregoneros de muerte que gritaron “crucifícalo” y a los poderosos que querían callar para siempre a Jesús haciéndolo crucificar, el Padre responde resucitándolo.

Cristo es el centro y el culmen de la historia de la salvación

Cristo Resucitado es el centro y el culmen de la historia de la salvación, la que, esta noche, hemos recorrido a través de la Palabra de Dios. Ha sido una larga caminata de la humanidad por distintas etapas: la creación del mundo y del ser humano, la irrupción del pecado y de la muerte como rechazo del plan amoroso de Dios, la elección de Abrahán y los patriarcas, la liberación de la esclavitud de Egipto, la entrega de la ley a Moisés, la Alianza con el pueblo de Israel y la palabra de tantos profetas que mantuvo viva la fe en Dios y la espera del Mesías.

El Resucitado ha liberado a la humanidad del pecado y de la muerte

El punto final de ese largo recorrido es el Resucitado que ha liberado definitivamente a la humanidad del pecado y de la muerte, ha estrechado la Nueva Alianza y ha abierto las puertas de la vida nueva. Y nosotros, por el bautismo, también tenemos la gracia de gozar de esos dones y hacer parte de la Iglesia, el Pueblo de Dios de la nueva Alianza.

Vive el Señor de veras el es nuestra vida

Cristo Resucitado ha sembrado en la humanidad el germen de vida eterna que se va abriendo paso firmemente en el tiempo y a lo largo de la historia hasta llegar a su plenitud en la última venida del Señor al final de la historia. Este horizonte esperanzador nos colma de felicidad y nos hace proclamar con convicción: “¡Vive el Señor de veras!” “Él es nuestra vida”.

La resurrección de Jesús es un hecho real comprobado por los apóstoles

Nosotros creemos en la resurrección de Jesús porque es un hecho real, comprobado por los apóstoles y las mujeres discípulas de Jesús, a quienes se les apareció el Resucitado. Ellas junto a María, su madre, el viernes en la tarde han estado a los pies de la cruz desconsoladas y tristes, y, dado que Jesús fue sepultado apuradamente porque era la víspera de la Pascua judía, el primer día de la semana, van al sepulcro para embalsamar al cuerpo de Jesús. Pero ahí se encuentran con la sorpresa del sepulcro vacío y de la aparición de los ángeles que les dan el gran anuncio: “¡Por qué buscan entre los muertos al que está vivo? No está aquí ha resucitado”.

El anuncio de Cristo Resucitado, es el mandato fundamental de toda la Iglesia

A esta noticia, las mujeres que seguían desconcertadas y afligidas, se alegran y dejan el sepulcro. Mientras están caminando, Jesús resucitado sale a su encuentro, las saluda, las anima y las envía a dar ese anuncio gozoso a los apóstoles y discípulos. Desde ese día hay hoy, el anuncio de Cristo Resucitado es el mandato fundamental de la misión de toda la Iglesia. Así los primeros cristianos fueron en verdad “Testigos del Resucitado”, no dudando ante el rechazo, la persecución y el martirio.

La paz fruto de la pascua es rechazada por el mundo que confia en la fuerza, violencia y guerra por ejemplo la invasión de Rusia a Ucrania

Esta es también la misión de la Iglesia y de todos los cristianos hoy: ser testigos de Jesús resucitado en nuestro mundo, con sus gozos y esperanzas, tristezas y angustias. Testigos de la vida nueva y de la paz, frutos de la Pascua: “La paz esté con ustedes” es el primer saludo a sus discípulos de parte del Resucitado, consagrado “Señor de la paz” por su pasión, muerte y resurrección. La Paz es el fruto de la Pascua, sin embargo, el mundo se obstina en rechazarla y sigue poniendo su confianza en la fuerza, la violencia y la guerra.

Un muy triste y trágico ejemplo es la invasión armada de Rusia a Ucrania, con tantos heridos y muertos inocentes entre la población civil y destrucciones de viviendas, colegios y hospitales.

En Bolivia persisten las amenazas, bloqueos, enfrentamientos como medios para solucionar los problemas

También en nuestro país, persisten las viejas prácticas de las amenazas, los bloqueos, los enfrentamientos y el recurso a la violencia como medios para solucionar los problemas, prácticas que, además de dejar puntualmente insatisfechas a las partes, dejan tras de sí enemistades, rencores, odios y hasta sangre y muerte.

Salgamos de los sepulcros de la violencia y resucitemos a la fuerza del amor

¡No hagamos que Cristo haya resucitado en vano! Salgamos de los sepulcros de la violencia y del desencuentro y resucitemos a la fuerza del amor, el perdón y la reconciliación.

Jesus es el camino para construir juntos una sociedad fraterna, justa y pacifica

El Resucitado es la esperanza de un mundo nuevo, la luz que nos indica el camino a recorrer para construir juntos una sociedad fraterna, justa y pacífica que se enriquece con la cultura y los valores de cada pueblo y nación de ayer y de hoy.

Con la luz del resucitado seamos operadores de la verdad, justicia y paz en la familia, trabajo y sociedad

San Pablo nos insta a que nos apuremos a dar este paso: “Ya es hora de despertarnos del sueño… despojémonos de las obras de las tinieblas y revistámonos de la luz” (Rom. 13,11). Ya es hora de dejar la indiferencia y la pasividad, que salgamos del anonimato, indiferencia y cobardía, para revestirnos de la luz del Resucitado, dando testimonio alegre y valiente de nuestra fe y siendo operadores de la verdad, la justicia y la paz en la familia, el trabajo y la sociedad, allí donde el Señor nos ha puesto.

La luz del Cirio Pascual que representa a Cristo quedará encendida todo el tiempo pascual

Toda la liturgia de anoche es un himno a la la mejor manera de representar al Resucitado y manifestada en tantos signos exteriores y en los versos del Pregón Pascual de anoche: «Será la noche clara como el día, la noche iluminada por mí gozo».

Es la Luz del fuego encendido a la puerta de la catedral, las luces del altar y del templo, la luz de la humilde llama del Cirio Pascual, luz que quedará encendida durante todo el tiempo pascual hasta la fiesta de Pentecostés.

Es la luz que ahuyenta los pecados y nos restituye a la gracia de la vida nueva

Es la Luz que “ahuyenta los pecados, lava las culpas, devuelve la inocencia a los caídos, la alegría a los tristes, expulsa el odio, trae la concordia, doblega a los poderosos”. Es la Luz que nos restituye a la gracia, nos da la vida nueva y nos agrega a los santos.

Jesus es el puente entre la humanidad y Dios, entre el cielo y la tierra

Gracias al Resucitado, que ha trazado el puente entre la humanidad y Dios, ya no hay distancias insuperables entre el cielo y la tierra, sino un abrazo de reconciliación y paz.

Que la luz del Resucitado brille en los corazones de todos ustedes hoy y a lo largo de toda su vida y también de los hermanos y hermanas que nos acompañan a través de los medios de comunicación.

Hermanos y hermanas Cristo ha resucitado Aleluya, alegría, vive el Señor de veras. Amén