La ciudad de Montero, declarada como tal, por el Congreso Nacional en 1987, celebra este 31 de agosto 163 años de su fundación ligada a su fiesta patronal de San Ramón Nonato. La gran transformación de su larga historia se asienta en los últimos 60 años. De constituir un pequeño poblado de 15.000 almas, en seis décadas de desarrollo vertiginoso, hoy se convierte en una ciudad pujante de 130.000 habitantes.
Y la explicación no menos compleja pero casi unánime, lo sintetiza Leandro Sihuayro Mamani, que hace 40 años migró de su natal Potosí. “Es que Montero y todo el norte cruceño necesitaba nuestra mano de obra. No había quién corte la caña de azúcar y las oportunidades de trabajo estaba para todos. Al igual que muchos me vine a la zafra, gané plata y luego me quedé en esta ‘tierra de oportunidades”, afirma.
“Indudablemente el desarrollo de este pueblo se debió a esa constante migración tanto de otras latitudes del país como fuera de él. Yo mismo me sorprendo, cómo algunos pequeños pueblos del norte cruceño donde en 1968 cuando llegué, era puro monte, donde se estaban abriendo caminos, hoy son zonas productivas y municipios importantes como Minero, Fernández Alonso y San Pedro”, argumenta Julio Reinoso, que desde su natal Yacuiba, llegó para jugar en el Club Guabirá y atraído por las oportunidades, se quedó en Montero y hoy es un próspero empresario y productor cañero.
Una implacable realidad. El hecho que explica todo ese fenómeno de desarrollo exponencial de Montero son sus actuales autoridades. Indistintamente los matices políticos, la alcaldía de Montero es liderada por el potosino de origen quechua, Mario Baptista Conde y la subgobernación a cargo de Francisco Dorado, también un migrante potosino, además constituido en un próspero productor cañero.
“Ha tenido que ver mucho la migración, porque nosotros, con relación a la ciudad de Santa Cruz, fuimos los primeros en abrir la puerta y la acogida a gente de otras partes. La instalación del Ingenio Guabirá (1953) fue la punta de lanza para esa migración y la llegada de generaciones posteriores”, argumentó Raúl Parada Díaz, oriundo de Montero, más conocido como Cachi, que en su momento fue presidente del Club Guabirá.
Carlos Vera, vicepresidente del Concejo Municipal, también migrante hace 38 años desde el Cercado de Cochabamba, esa migración no solo fue del interior del país, también fuera de ella. “Si bien los ‘collas’ estamos ahora a la cabeza de Montero y transformando esta ciudad, los desafíos siguen siendo mayores y exige la presencia de todos. Ahí también están los empresarios montereños ligados al agro, la pecuaria y la industria”, señaló Vera.
Los mayores desafíos. Tanto habitantes y autoridades coinciden que la ciudad de Montero, cuya población supera los 130.000, tropieza con problemas como la generación de empleos. Si bien cuentan desde el 2003 con un Parque Industrial, a diferencia de municipios como Warnes, dicho complejo se ha convertido en un centro solo de acopio de granos del sector granelero del norte cruceño. “En el pasado nos faltó tener esa visión de los warneños, que dotaron predios a empresas de manera gratuita por cinco años. Eso permitió atraer inversión y emprendimiento, logrado eso hoy es uno de los que mejor recaudación de impuestos tiene y también genera empleo para sus habitantes”, señala Víctor Hugo Ortuño, actual presidente de la Cooperativa de Servicios Públicos de Montero (Cosmol).
En cambio, Reinoso observa que otro de los desafíos es la planificación y visión a futuro que debe tener el crecimiento urbano de la ciudad.
Además, admite que las autoridades y menos los propios montereños están preparados para encarar los efectos que tendrá la vinculación al corredor bioceánico del norte cruceño, una vez que el puente Banegas, de 1.450 metros de longitud sea inaugurado en el mes de septiembre. “Me temo que nos estamos quedando en ese ámbito. El desorden y la falta de planificación en el diseño y construcción de la ciudad son notorios. No estamos pensando en el futuro próximo”, precisó.
Ortuño, señala que la apertura del puente Banegas, indudablemente, exigirá nuevos retos y para ello urge transformar la ciudad. “No puede ser que para dar paso a esa carretera los camiones pesados tengan que ingresar hasta el primer anillo. Hay que pensar en acciones inmediatas”, precisó.
Vera, en su calidad de concejal y que también es dirigente del autotransporte del norte cruceño, manifestó que no solo Banegas es el desafío, también está el ferrocarril Montero-Bulo Bulo.
“Hoy ya somos un centro de acopio de la urea que saldrá desde Bulo Bulo. Tenemos la Estación puesto en orden. Con puerto Banegas, ya estamos encarando créditos para acelerar lo que podrá ser la apertura del tercer anillo, además de la doble vía del primer anillo”, anunció.
El otro tema, que aún sigue pendiente es el alcantarillado, cuya cobertura solo llega al 40% de la ciudad. “Amerita mucho dinero. Amerita la corresponsabilidad y coordinación entre el Gobierno central, la Gobernación y el municipio, más aún dentro el marco de la Ley de Autonomías”, enfatizó Ortuño.
Punto de vista
Carlos Colpari
Tarijeño con raíces en Montero
“La migración, al igual que esta macrorregión oriental desde Santa Cruz, Beni y Pando, ha sido vital en el desarrollo, progreso y engrandecimiento de Montero.
El arribo de gente de diversas latitudes del país ha inyectado fuerza de trabajo, se han aperturado caminos, se han generado emprendimientos y eso ha sido un efecto multiplicador no para toda la gente que habita en esta ciudad, cuyo beneficiario somos todos.
Convivimos porque tenemos el derecho, como bolivianos que somos, de trabajar y de hacer de nuestra prerrogativa constitucional cual es el derecho al trabajo en cualquier lugar de nuestro territorio.
En ese contexto, nuestras culturas se enriquecen mutuamente, se fortalecen sin perder nuestras raíces y por su puesto, esta región y en particular es una pequeña Bolivia toda.
Ahora los mayores desafíos que debe afrontar esta región y en particular el municipio, como enuncian las normativas, es dejar de depender de la renta y el rentismo y generar una actividad productiva que permita crear fuentes de empleo.
Es lamentable ver a médicos, abogados y profesionales trabajando de mototaxistas. Esa realidad solo será posible cambiar con una visión de las autoridades a largo plazo y de atraer inversiones para que surjan empresas y emprendimientos productivos. Pese a ello, esta ciudad se constituye en una urbe amigable y acogedora de todo aquel que viene a sumarse a esos desafíos”.
“Extraño mucho a ese Montero de hace 60 años. Si bien ahora tenemos grandes adelantos, pero ya no se vive como antes, como familia”.
Raúl Parada
Viviente nato de Montero
“Yo vine de Vallegrande hace más de 40 años. Montero fue y sigue siendo un sitio de oportunidades y en base a la migración crece”.
Jimmy Valdez
Dirigente de los mototaxistas del norte cruceño
“La migración sin duda ha transformado mucho. Pero todo ello se debe a la gran apertura y la oportunidad de los vivientes”.
Germán Chura
Exintendente, dirigente vecinal y profesor
“Yo me vine de Chulumani (La Paz) hace 35 años. En esos años Montero ha cambiado mucho y sigue sin parar. Hace falta planificar”.
Manuel León
Dirigente del barrio gremial y migrante
“Esta ciudad ha crecido gracias a la gente pujante y al ingenio Guabirá. Los primeros migrantes fueron los de la Colonia Aroma. Sus hijos se quedaron y luego se produjo la proliferación de la gran migración”.
Aniceto Rivera
Viviente de Montero hace 25 años