Mons. Roberto Flock, Obispo de San Ignacio de Velasco al celebrar la eucaristía de este domingo desde la Catedral San Ignacio de Loyola compartió su reflexión dominical centrada en como debe ser el discípulo de Jesús.
El obispo preguntó si realmente somos discípulos de Jesús, pues no basta decir que soy bautizado, asisto a misa, aunque todo esto ayuda.
“Ser discípulo de Jesús se define por el esfuerzo de aprender de Jesús Maestro, seguir su ejemplo, apoyar su causa, el Reino de Dios. Podemos preguntar donde queda nuestro seguimiento de Jesús en comparación con otros compromisos en nuestras vidas, ocupa el lugar que corresponde si Jesús es realmente Señor y Salvador, para muchos el discipulado es bastante superficial”.
“Por ejemplo los niveles de corrupción en nuestra sociedad, si hay algo que tienen en común los políticos sea cual fuere su militancia política, si hay una oportunidad para enriquecerse y beneficiarse lo aprovechan, por eso tenemos los problemas de la justicia, ítems fantasma, cobros irregulares, etc.; y toda corrupción es robo y robo de los más pobres, imagínense la cantidad de ítems para educación y salud que se podría asignar en Bolivia con todo el dinero que desaparece por la corrupción”. “¿Acaso es cristiano aprovechar su posición para robar al pueblo?, ¿acaso eso nos enseña Jesús? Él, que dijo el que es fiel en lo poco, también es fiel en lo mucho, el que es deshonesto en lo poco también es deshonesto en lo mucho. Un verdadero seguidor y discípulo de Jesús va ser honesto y fiel en lo poco y lo grande por igual, y si no se convierte en Judas que lo traiciona por unas cuantas monedas”.
“Otro indicador de la superficialidad en Bolivia es la violencia que se comete, no faltan ejemplos graves, asesinos seriales, ajustes de cuentas, ajustes por tierras, feminicidios, abortos obligados, los narcotraficantes están dispuestos a financiar capillas, si esto les ayuda a seguir traficando, pero no les importa destruir la vida de los jóvenes que tienen toda la vida por delante”.
“Yo les peguntaría a los que han cometido estos hechos de corrupción y violencia ¿Cómo llegaste a ser así?, ¿esto aprendiste en la casa de tus padres?, ¿qué te paso para convertirte en maleante?, pero sea los que sea, aquellos no son discípulos de Jesús, que también resulta de un proceso de encuentro con nuestro Señor Jesucristo como lo tuvo Pedro con sus compañeros”.
Por otro lado mencionó que hay otros discípulos heroicos que han transformado la vida de miles y dieron sus vidas en toro tiempo a esta tierra, hoy volvemos a decir como pedro, SEÑOR SI TU LO DICES HECHARE LAS REDES.
Homilía completa
Mons. Robert Flock, Obispo de San Ignacio de Velasco
Domingo 6 de febrero de 2022
Según el evangelio de San Marcos, Jesús apareció en el Mar de Galilea, luego de haber hecho algunas prédicas en las sinagogas de la zona diciendo el tiempo se ha cumplido el Reino de Dios está cerca, conviértanse y crean en la Buena Noticia y sin más explicaciones Pedro y sus compañeros dejaron sus redes y lo siguieron.
Al leer el evangelio de san Juan, sabemos que Jesús los buscaba, pues lo había conocido junto a Juan el Bautista. Ahora san Lucas provee otro detalle y nos dice que Jesús luego de salir de su casa en Nazareth y habiendo constatado que ningún profeta es bien recibido en su propio pueblo, fue a Cafarnaúm donde enseñaba los sábados, en una ocasión curó a un endemoniado, después fue a la casa de Simón donde curó a su suegra y predicaba en todas las sinagogas de toda judea.
Después sucede la escena del evangelio de hoy, Jesús aprovecha la barca de Simón como una especie de púlpito porque su fama atrae multitudes, luego pide a los pescadores que remen mar adentro con una pesca abundante.
Considerando los antecedentes los antecedentes, no nos sorprende que Pedro diga: “Maestro hemos trabajado la noche entera y no hemos sacado nada, pero si tú lo dices echaremos las redes” y luego Simón y todos sus compañeros lo dejaron todo y lo siguieron.
De esta manera se inicia las primeras experiencias de los primeros discípulos que luego Jesús los constituyó como Apóstoles llegando a pedirles nada menos que el martirio.
Esta experiencia los transformó por completo marcándoles de por vida y no sólo a ellos sino orientando a toda la historia posterior de la Iglesia incluso la nuestra.
Jesús define la tarea de Pedro como “pescador de hombres”, hoy hablamos de la formación de discípulos misioneros de Jesucristo, para que nuestros pueblos en Él tengan vida. Por nuestro bautismo nos definimos como católicos, evangélicos o sólo cristianos.
Hay un texto en los Hechos de los Apóstoles (capítulo 11, 26), donde dice que fue en Antioquia donde los discípulos reciben por primera vez el nombre de cristianos. Hoy lo que tenemos que preguntarnos es si los católicos, evangélicos y cristianos somos verdaderamente discípulos de Jesús. No basta decir que estoy bautizado, o soy ordenado Sacerdote u obispo, tampoco basta asistir a la misa, aunque ayuda, para ser discípulo de Jesús.
Ser discípulo significa aprender de Jesús mismo, de seguir su ejemplo y apoyar su causa, el Reino de Dios. Entonces nos podemos preguntar ¿Dónde queda nuestro seguimiento de Jesús, en comparación con otros compromisos de nuestras vidas? ¿Ocupa realmente el lugar que corresponde? ¿Si es realmente Jesús nuestro Señor y Salvador?
Para muchos el discipulado es bastante superficial, un indicador, por ejemplo, son los niveles de corrupción de nuestra sociedad, si hay algo que tienen en común los funcionarios políticos, sea cual fuere su militancia política, si hay una oportunidad para enriquecerse y aprovecharse lo hacen, por eso tenemos los problemas de la justicia, los ítems fantasmas, etc. Toda corrupción es robo que daña a los más pobres. Imagínese la cantidad de ítems para educación y salud que se podría asignas en Bolivia con todo el dinero que desaparece por la corrupción.
¿Es cristiano aprovechar su posición para robar al pueblo? ¿Es esto lo que nos enseñó Jesús? Él que dijo que el que es fiel en lo poco también será fiel en lo mucho y el que es deshonesto en lo poco será deshonesto en lo mucho.
Un verdadero seguidor, discípulo de Jesús va ser honesto en lo poco y en lo mucho y si no se convierte en un judas que lo traiciona por unas cuantas monedas.
Otro indicador de la superficialidad de nuestra fe es la violencia que se comete, hay asesinos seriales, ajustes de cuentas, agresiones por tierras, piedras tiradas en bloqueros, feminicidios y abortos obligados por el mismo gobierno. Los narcotraficantes están dispuestos a construir capillas, si esto les ayuda a seguir traficando, pero no les importa destruir la vida de los jóvenes que tiene toda una vida por delante.
Muchas veces siento el deseo de preguntar a estos asesinos y violadores, como han llegado a ser así, lo aprendieron en la casa de sus padres, es algo que vino con la política o la profesión, ¿Qué pasó para que se convirtiera en maleante?
Todos los que están comprometidos con estos males, por más religiosos que sean no son discípulos de Jesús, que también resulta de un proceso de encuentro con nuestro Señor Jesucristo como lo tuvo Pedro y sus compañeros.
Como misionero de Jesucristo más de 33 años y ahora obispo, a veces me desanimo, me siento como Pedro en su barca, cuando Jesús le dijo rema más adentro y echa las redes y el le dijo: Maestro hemos trabajado toda la noche y no sacamos nada o mejor hemos trabajado siglos y no parece que sacamos nada. Por su puesto no tenemos que ver sólo los problemas y las contradicciones, hay discípulos heroicos que han transformado la vida de miles como aquellos primeros discípulos y apóstoles que dieron sus vidas en otro tiempo en estas tierras y volvemos a decir como Pedro “si tú lo dices echaré las redes”.
Sólo añadir que como en aquel tiempo Pedro no pudo sacar la pesca solo, les pedimos a ustedes hermanos y hermanas que nos den una mano, Jesús nos llama a todos.
Fuente: Iglesia Viva