Santa Cruz

PADRE PANI CUMPLE 40 AÑOS DE SIEMBRA ENTRE LOS MONTEREÑOS

Un día como hoy, hace 40 años, el padre Mario Pani Mulas pisó Montero y desde allí impulsó su obra de amor, de fe y solidaridad con las familias más necesitadas.
La fecha la recuerda con precisión porque ese día estaba de cumpleaños. Precisamente por eso, hoy los montereños tienen dos grandes motivos para celebrar: los 85 años de vida del sacerdote  y sus 40 años de trabajo en favor de esa región.

Y es que la obra social que emprendió el padre Pani desde su llegada es extraordinaria, afirman quienes conocen su labor. Aunque fue destinado como maestro de inglés y matemáticas a la Escuela Salesiana Muyurina, estableció su centro de acción en el barrio La Floresta, considerado en esa época como el más marginal de esa ciudad. No obstante, en poco tiempo lo convirtió en una zona progresista, con la ayuda de los vecinos y de la cooperación externa.

A su llegada lo que más le impresionó fue ver cómo las familias vivían en condiciones de hacinamiento y en precarios pahuichis, de ahí que su primera tarea fue impulsar una cooperativa para construir viviendas saludables y accesibles. “El trabajo de las mujeres, que se organizaron en clubes de madres, fue fundamental para impulsar el proyecto”, dice el sacerdote.

La primera casa, de dos cuartos, se construyó con el aporte y esfuerzo de los vecinos. Luego, con la cooperación católica alemana, se consiguió recursos para dar continuidad al proyecto, esta vez ofreciendo ambientes más amplios a los socios de la cooperativa. Después vino la ayuda italiana y la española y hasta la fecha se han construido más de 450 viviendas. “Tenemos casas muy bonitas, que surgieron de esos comienzos tan humildes”, apunta el padre, que tiene un dinamismo extraordinario.

Estando la cooperativa consolidada, ya por los años 80 surgió la preocupación por la educación. Así nació el kínder, que en principio era para pobladores de La Floresta, “pero salió tan bonito que toda la gente de sociedad de Montero quiso poner a sus hijos allí. Tuvimos que abrir dos turnos”, recuerda el religioso.

Para que los niños puedan continuar sus estudios, el padre consiguió que la comunidad Muyurina ceda sus antiguos locales para abrir la escuela María Auxiliadora, que en sus inicios funcionó con el nivel primario. Siendo director del colegio Muyurina, el padre Pani también posibilitó que todos los chicos (internos y externos) puedan estudiar en este centro escolar de primer nivel.
Pero su obra también alcanzó el área de la salud, así lo recuerdan pobladores de La Floresta. Abrió el centro de medicina preventiva, que funcionó por 30 años, hasta que la Alcaldía transfirió los ítems a otro centro de salud que instaló en el lugar.

Sus más recientes obras son el centro de apoyo escolar para niños de escasos recursos, que funciona junto a  un comedor popular, además del centro de reuniones para personas de la tercera edad.
Con tanto trabajo en favor de la gente del norte cruceño, este hombre nacido en Italia dice que “todo se lo debe a la Divina Providencia”.

 Sus obras   

– Centro para ancianos. En estas instalaciones se reúnen las personas de la tercera edad. Además funcionan los servicios de fisioterapia, odontología y farmacia.

– Parroquia. El padre Pani posibilitó la construcción de la parroquia San José de La Floresta, que cuenta con una arquitectura moderna.

– Comedor popular. Beneficia a 95 niños de escasos recursos, que también asisten al centro de apoyo escolar porque necesitan reforzar algunas materias. Reciben una alimentación saludable.