La comunidad del barrio el Quior (Santa Cruz) celebró tener al Cardenal Julio Terrazas en medio de ellos en el acontecimiento de la bendición del templo parroquial Nuestra Señora de los Angeles.
En su mensaje dirigido a ellos el Cardenal recordó que tener un nuevo templo debe ser una exigencia que forme un corazón nuevo, una mente nueva y una manera nueva de trabajar como hermanos.
A las once de la mañana inició la santa misa y consagración del nuevo templo, la comunidad del Quior masivamente se volcó para ser participes de este momento feliz para todos ellos.
Antes de ingresar al interior de la iglesia el párroco Alejandro Manenti entregó al Cardenal Julio las llaves del templo frente a toda la comunidad y la delegación visitante de Bérgamo.
En su homilía dijo que este nuevo templo deber ser el espacio de encuentro, escucha de la Palabra, celebración de la santa misa y espacio de diálogo para saber el cómo contribuir en beneficio de tantos hermanos que necesitan de nosotros.DSC 0159
Refiriendo la realidad social de la comunidad con 40 mil habitantes que tiene la zona dijo que esta realidad es desafiante; un sacerdote no alcanza para animar esta comunidad, cinco o seis religiosas tampoco, es la comunidad entera que debe sacar de este templo una palabra de vida para todos los que habitan en este lugar.
También citando el día del aniversario patrio y mencionando el evangelio de la Tranfiguración mencionó que hoy el Señor convoca a una transformación auténtica de mente y corazón.
“Qué bonita patria tendríamos con corazón nuevo donde la única cosa que pueda sentirse sea el amor y la reconciliación, sino se da esa transformación seguirá la maldad arrebatando de la gente sus propios valores”.
Antes de concluir su mensaje animó a la comunidad del Quior a ser una comunidad dinámica que escuche y actúe: Dios no quiere gente que solo escuche y no pasa nada, pero tampoco quiere aquellos que hacen todo y se olvidan de Dios, seamos discípulos del único maestro, seamos misioneros de lo que El nos enseña.
Casi al concluir la misa Monseñor Francisco Beschi ofreció al Cardenal Julio la medalla del patrono de la diócesis San Alejandro y la reliquia del Papa Juan XXIII.