“Las estrellas caerán”
Queridos Hermanos. Nos dice Jesús: “¡En aquellos días, después de esta tribulación, el sol se oscurecerá, la luna dejará de brillar, las estrellas caerán del cielo y los astros se conmoverán!” ¿Qué significa esta afirmación? Últimamente escuchamos predicciones sobre el fin del mundo Maya y la alienación de planetas; el gobierno laico de Bolivia está convocando a ritos del “Pachakuti” en la Isla del Sol. Según la NASA, agencia espacial de los Estados Unidos, lo de la alienación de planetas es simplemente falso, y además, no sucederá ningún evento de planetas, luna y sol que tendrá un efecto significativo sobre nuestro planeta. (1)
Según el Presidente de Bolivia: “21 de diciembre del 2012, fin de la mentira y comienzo de la verdad; 21 de diciembre, fin de la tristeza y comienzo de la felicidad; fin de la división y comienzo de la unidad; fin del desorden y comienzo de la armonía; 21 de diciembre del 2012, fin del conocimiento excluyente y comienzo de la inclusión; fin del pensamiento individualista y comienzo del pensamiento conjunto; fin de la cultura de la muerte y comienzo de la cultura de la vida”. (2) El problema con esto es que tales cosas no tienen nada que ver con el solsticio del verano y no hay porque esperar hasta el 21 de diciembre para dejar de mentir, excluir y promover una cultura de muerte. De hecho, este 23 de noviembre, el Comité Femenino de Santa Cruz y el Consejo Departamental de la Juventud están convocando a una marcha por la Vida; sería bueno que todos participemos. Considerando que aquellas ideas están basadas en el calendario Maya, cabe recordar que aquella civilización se cayó hace siglos, no por la conquista colonial, sino por su propia cultura de muerte basada en guerras, sacrificios humanos y la destrucción de la selva al construir sus templos.
Así, ¿qué significa lo que dice Jesús sobre el sol, la luna y las estrellas? Habló a un pueblo que no conocía la naturaleza física del universo: que el sol es una estrella más, que la tierra es uno de los planetas del sistema solar, que hay galaxias, agujeros negros, y materia oscura, etc. Jesús no se detiene para explicar las leyes de este universo que fue creado por medio de la Palabra de Dios. Simplemente indica, con lenguaje entendible en aquel entonces, que estas cosas dejan de tener vigencia para orientar la vida de la humanidad. Esto porque: “Se verá al Hijo del hombre venir sobre las nubes, lleno de poder y de gloria. Y Él enviará a los ángeles para que congreguen a sus elegidos desde los cuatro puntos cardinales, de un extremo al otro del horizonte.” En otras palabras Jesucristo, el Hijo del Dios verdadero hecho hombre, muerto y resucitado, es ahora el Señor de toda la historia humana, que no es un eterno ciclo de solsticios, movimientos planetarios y eclipses, sino un proyecto guiado y acompañado por Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo, cuya meta es la salvación y santificación de los hombres de buena voluntad, quienes, en palabras del Profeta Daniel, “resplandecerán como el resplandor del firmamento, y los que hayan enseñado a muchos la justicia brillarán como las estrellas, por los siglos de los siglos.”
Queridos hermanos, “el fin de la mentira y el comienzo de la verdad; el fin de la tristeza y el comienzo de la felicidad; … fin de la división y comienzo de la unidad; fin del desorden y comienzo de la armonía; el fin del conocimiento excluyente y comienzo de la inclusión; el fin del pensamiento individualista y el comienzo del pensamiento conjunto; el fin de la cultura de la muerte y comienzo de la cultura de la vida”, no vendrán con ritos paganos en la Isla del Sol, no llegarán con una carretera en el TIPNIS, no vendrá con el masticado de la coca, mucho menos con la producción y venta de la cocaína. No vendrán con el capitalismo liberal ni el socialismo impuesto. Tampoco será fruto del matrimonio gay y la legalización del aborto provocado. Ni siquiera se dará siendo inscrito en el Censo Nacional, sea el pueblo de origen o el pueblo de migración, sea como originario, mestizo o metiche (como yo). En realidad, la llegada de estas cosas, y otras mejores, ya se dio con la resurrección de Jesucristo y su gloriosa ascensión a la derecha de Dios Padre Todopoderoso. Donde hay que estar inscrito es en el “Libro de la Vida”, como dice el Profeta Daniel: “Será liberado el pueblo, todo el que se encuentre inscrito en el Libro”.
Ojalá nuestros catequistas, quienes celebramos y agradecemos hoy, tengan claro esto, como también todos nosotros. Pues, Jesús afirma: “¡Cielo y tierra pasarán, pero mis Palabras no pasarán!”