Cochabamba

Mons. Robert Flock: “El párroco también tiene que enseñar con autoridad, pero no con prepotencia o presunción”

Hoy por la mañana, Mons. Robert Flock, obispo auxiliar de la arquidiócesis de Cochabamba, celebró la eucaristía en la parroquia de Colomi, con motivo de la posesión de P. Ramiro Ortuño como parroco y de P. Ademar Onofre como vicario parroquial.

En esta celebración monseñor recordó la misión del sacerdote para pastorear a su parroquia y de ser profeta en el signo de los tiempos.. Remarcó la importancia de ser servidor del pueblo, como muestra la palabra en este domingo.

Texto completo de la homilía

Domingo 4° 1 de Febrero, 2015
Posesión como Párroco de P. Ramiro Ortuño

Queridos Hermanos,

Hoy estamos entregando esta comunidad parroquial al nuevo párroco, el Rvdo. Presbítero Ramiro Ortuño, antes vicario por lo que ya es conocido y conocedor de ustedes. Será acompañado por el P. Adhemar Onofre como vicario. Esperamos que sean un buen equipo y buenos pastores al estilo de Cristo Jesús.

De manera providencial, la Palabra de Dios hoy nos ayuda a reflexionar sobre la responsabilidad que ellos están asumiendo en medio de ustedes. En la primera lectura escuchamos esta promesa de Dios expresado por Moisés: “El Señor, tu Dios, te suscitará un profeta como yo; lo hará surgir de entre ustedes, de entre tus hermanos, y es a Él a quien escucharán.” Al referirnos a los presbíteros, nosotros nos acostumbramos a hablar del sacerdote, pero esto es solamente una de las tres formas que represente a Jesús. Él es también Profeta y Pastor.

¿Qué significa ser profeta?
Dios mismo nos explica en la lectura que hemos proclamado: “pondré mis palabras en su boca, y él dirá todo lo que Yo le ordene”. “Profeta” es quien habla por Dios. Le toca comunicar lo que Dios quiere decir a su pueblo. No es simplemente repetir y explicar la Biblia con las lecturas que corresponde a la misa. Tiene que escuchar en su corazón y alma lo que Dios le dice hoy y proclamar esto al pueblo, incluso cuando se trata de lo que no quieren escuchar.

Según el Código de Derecho Canónico, “El párroco está obligado a procurar que la palabra de Dios se anuncie en su integridad a quienes viven en la parroquia.” Es su primera tarea, incluso antes de la dimensión sacerdotal que abarca la celebración de la Misa y los sacramentos, para que no distorsionar el sentido y eficacia de ellos.

El evangelio también pone énfasis en la proclamación de la Palabra de Dios al observar el ministerio de Jesús: “Enseña de una manera nueva, llena de autoridad.” El párroco también tiene que enseñar con autoridad, pero no con prepotencia o presunción. Su autoridad procede de su cercanía a Dios y de la gracia de su ordenación. Por otro lado, los fieles deben escuchar las homilías y prédicas pidiéndole al Señor que les hable por medio de su pastor.

El Presbítero es Profeta, Sacerdote y Pastor. Entonces, ¿Qué significa ser sacerdote?
El Código le dice: “Esfuércese el párroco para que la santísima Eucaristía sea el centro de la comunidad parroquial de fieles.” Es un gran desafío porque vemos que en nuestro medio cada vez más materialista, la gran mayoría de la gente no asiste a la Misa en el Día del Señor, el día Domingo, tomándolo más bien como “día del mercado”. Además de ser un pecado grave, es privarse de la Palabra de Dios y del Alimento Eucarístico que nos dio Cristo Sacerdote en la Última Cena. De la misma manera que la Familia tiene que comer juntos para ser familia, la comunidad parroquial necesita celebrar juntos la Eucaristía para ser Iglesia de Jesucristo. Celebrar la Misa y los Sacramentos significa integrar en todas las dimensiones de nuestra vida el misterio salvador de la muerte y resurrección de Cristo. Es Jesús mismo que se hace presente en nuestras vidas por medio del ministerio de los sacerdotes.

Finalmente el Párroco es el Pastor de su comunidad. “Para cumplir diligentemente su función pastoral, procure el párroco conocer a los fieles que se le encomiendan; para ello, visitará las familias, participando de modo particular en las preocupaciones, angustias y dolor de los fieles por el fallecimiento de seres queridos, consolándoles en el Señor y corrigiéndoles prudentemente si se apartan de la buena conducta.”

Le toca cumplir esta misión con la ayuda del Vicario, del Consejo Pastoral y el Consejo Económico, con la colaboración de los las hermanas religiosas y los fieles laicos. Sin su valiosa ayuda sería imposible cumplir la misión que tiene.

Se debe entender que es importante cultivar buenas relaciones con las autoridades políticas y otras organizaciones al servicio del mismo pueblo, pero el párroco no está sujeto a ellos sino al Obispo. Ellos, como autoridad del pueblo deben actuar según las leyes correspondientes, pero como hijos de Dios están también dentro del rebaño del Pastor. Y el párroco, como ciudadano y como administrador, está también sujeto a las leyes del país.

Finalmente, nos corresponde a todos: presbíteros y fieles, autoridades y ciudadanos, hombres y mujeres, padres e hijos, comerciantes y compradores, lo que dice el Salmo en la Misa hoy:
“¡Doblemos la rodilla ante el Señor que nos creó! Porque Él es nuestro Dios, y nosotros, el pueblo que Él apacienta, las ovejas conducidas por su mano.”