La mañana de ayer, domingo, el obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Cochabamba, mons. Robert Flock presidió la confimación de 100 perdonas de la parroquia de Tacopaya.
Entre jovenes, personas adultas y ancianos, recibieron el Sacramento de la confirmación en una de los espacios deportivos de la comunidad. Todos los confirmandos estuvieron acompañados de sus familiares y amigos, haciendo que se convierta en gran fiesta de Tacopaya.
Durante su homilía, mons. Robert, pidió que exista una verdadero cambio de vida, con el apoyo de Dios; así porder lograr alejar al tentador de todas su acciones malignas.
TEXTO COMPLETO
Domingo B22 Confirmación Pongo
Queridos jóvenes,
Hoy reciben el sacramento de la Confirmación. ¿Cómo se sienten? ¿Qué importancia les tiene este hecho?
Ustedes ya fueron bautizados. Es decir, fueron adoptados como miembros de la familia de Dios nuestro Padre. Por el bautismo, la salvación que Jesús nos ganó en cruz, es para ustedes, para que no sean dominados por el pecado y el reino del mal, sino por la bondad y el amor de Dios.
Ustedes también han recibido su Primera Comunión, y ahora están invitados a la Cena del Señor en cada oportunidad.
Es que Jesús, que entregó su cuerpo y derramó su sangre por ustedes, les quiere tener cercano como amigos y hermanos. Les invita a familiarizarse con él, escuchando su Palabra en las lecturas y homilías de la Misa, y les invita a fortalecerse con su cuerpo, es decir, con la memoria y celebración de su infinito y muy personal amor por ustedes.
Ahora Jesucristo les quiere confirmar en su fe y pedir su colaboración en la tarea de hacer realidad el Reino de Dios. Para esto les da su Espíritu Santo con sus dones de Sabiduría e Inteligencia, Consejo y Fortaleza, Ciencia y Piedad y el Santo Temor de Dios. Estos dones son las mismas cualidades con que Jesús proclamaba que Dios es Padre y mostraba su amor para con todos.
En el Evangelio Jesús dijo: “Es del interior, del corazón de los hombres, de donde provienen las malas intenciones, las fornicaciones, los robos, los homicidios, los adulterios, la avaricia, la maldad, los engaños, las deshonestidades, la envidia, la difamación, el orgullo, el desatino. Todas estas cosas malas proceden del interior y son las que manchan al hombre».
¿Por qué salen estas cosas males del interior del hombre? ¿Por qué hay tanto mal en el mundo? Es, pues, la realidad de quienes están alejados de Dios. Son las cualidades de Satanás, del demonio, qué Jesús llama el príncipe de este mundo, porque habita en el corazón de todos los afectados por el pecado. Jesús lo quiere expulsar, primero con el perdón de los pecados, y luego llenando nuestros corazones con su Santo Espíritu.
Siglos antes de Cristo, Moisés dijo a los Israelitas, aquel pueblo que Dios había liberado de la esclavitud en Egipto y dado los Diez Mandamientos y otras leyes: “¡Realmente es un pueblo sabio y prudente esta gran nación!”. ¿Existe acaso una nación tan grande que tenga sus dioses cerca de ella, como el Señor, nuestro Dios, está cerca de nosotros siempre que lo invocamos?” Sin embargo, a pesar de las excelentes leyes que Dios dio, la genta volvía cada vez al mal. Porque leyes y mandamientos, aunque vengan de Dios no son suficientes.
Entonces Dios busca otra forma para hacer un pueblo sabio y prudente.En vez de mandamientos grabados en tablas de piedra, nos hace participar de su propio ser, busca habitar en nosotros. Primero nos rescata de la esclavitud del pecado, y luego viene a habitar en nosotros con su Espíritu.
Esto no es magia. Y ustedes saben que algunos hermanos, que han sido confirmados, luego hacen todas las malas cosas que Jesús observó como causa de impureza del hombre. Es qué, el Espíritu Santo es un huésped en el alma; pero si no le damos acogida, puede ser que se vaya. Jesús quiere ser nuestro amigo; pero si no nos importa su Palabra y si no queremos recibirlo en la Santa Comunión, entonces no se impone.
Por eso, es importante rechazar a Satanás y sus obras y seducciones, y dar la bienvenida a Jesús. Y esto lo tenemos que hacer constantemente, como uno hace en familia, acogiendo con cariño a los papás, hermanos e hijos. En la familia de Dios, lo hacemos por medio de los siete sacramentos, que ponen la Cruz y la Resurrección en todo lo que vivimos, que invitana Cristo y su Espíritu Santo en todo lo que hacemos.
Como ya mencioné, mediante la Confirmación, el Señor no solamente nos da un gran don, con su Espíritu Santo. También nos pide algo a cambio. Nos da la tarea de ser testigos de Jesús y su amor, nos da la vocación de colaborar en la llegada del Reino de Dios. No es que Dios condiciona su amor. Todo lo contrario, como demuestra la Cruz. Más bien, el Señor, al incluir a nosotros en el anuncio del Evangelio y en la transformación del mundo, nos permite hacer algo grande e importante. Nos acoge con confianza y nos hace partícipes de su poder en el mundo. Nos incluye en la batalla con el mal y en la alegría de su victoria.
Entonces, espero que Ustedes se sientan alegres y gozosos por recibir la Confirmación hoy, como también seriamente comprometidos con Jesús y con su Iglesia.
Mons. Roberto Flock
OBISPO AUXILIAR DE COCHABAMBA