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MENSAJE DE MONS. JESÚS PÉREZ: NAVIDAD, FIESTA DE VIDA Y FAMILIA

Hermanas y hermanos: Paz y Bien

En la hermosa fiesta de la Navidad del Señor Jesús, fiesta de alegría universal, mi saludo y felicitación con afecto en Él que se hizo humano siendo divino.

En medio de la noche, apareció la luz sin ocaso, el Hijo de Dios, y transformó las tinieblas y tristezas, iniciando la Noche Buena, porque descendió del cielo a la tierra para hacernos parte de Él. Sin Cristo no hay Noche Buena. Dios viene para darnos felicidad. “Dios es amor” (1Jn 4,8).

Navidad fiesta de amor y alegría porque el Hijo de Dios, “se hizo carne” (Jn 1, 14) para nuestra salvación. Cristo tomó nuestra naturaleza humana y se hizo uno de nosotros como dice el apóstol Pablo en su carta a los filipenses. Dios busca al hombre e ilumina su destino.

Navidad fiesta de cercanía de Jesús, nacido en Belén. Por ello, debemos acercarnos con respeto y reverencia a la cuna de Belén, al gran misterio en que el Poderoso, el Altísimo y Buen Señor se comunicó con todos los mortales. Dios aparece a través de lo humano, lo simple y lo menos pensado. Navidad “Dios con nosotros”, es el Dios de Dios y Luz de Luz, el Hombre Nuevo. El está con nosotros como Dios pero sin dejar de ser verdadero hombre. Él, nació de María de Nazaret y convirtió a esta sencilla y humilde mujer en Madre de Dios. María Santísima vivió en plenitud el misterio de la Navidad.

Navidad fiesta de vida y familia. El Dios Uno y Trino, el Dios Familia Divina, quiso tener una familia y de esta familia vida. El es el Señor de la Vida. ¡Gran misterio! La vida divina y humana. En Navidad Dios nace para nosotros y en el bautismo nacemos para Dios. Dios se hace vida del hombre.

Navidad fiesta de la Palabra hecha carne. Jesucristo no es uno más entre nosotros, Él es el “Hijo muy amado” de Dios Padre, es la Palabra hecha “Buena Noticia” con su Nacimiento, con su presencia humano divina nos ha dicho todo el Padre, en expresión de San Juan de la Cruz. Cristo es la Palabra de paz para todos: la familia y para el mundo.

Navidad tiempo de oración y contemplación. El Poderoso en y través de la pequeñez sin pronunciar palabra nos habla. Dios nos habla y nosotros podemos hablarle en la oración y en la contemplación. Por ello, es necesario permanecer en la oración y cantar jubilosos con los ángeles “gloria a Dios en el cielo y paz en la tierra a los hombres de buena voluntad” (Lc 2,14). No se puede vivir la Navidad sin la comunicación con Dios en la oración.

Navidad presencia de la gracia de Dios. “Pues de su plenitud hemos recibido todos, y gracia por gracia” (Jn 1,16). Por ello, se nos invita a ser como Dios, “la gracia y la verdad nos han llegado por Jesucristo” (Jn 1,17). No se puede vivir la Navidad sin aceptar con gratitud el ser hijos en el Hijo. Dios se acerca al hombre, se ocupa del hombre para llenarlo de su gracia divina. La gracia nos libera del pecado. Cristo viene como Salvador y Redentor.

Navidad fiesta de paz. “Nos ha nacido un Niño que se llama… Príncipe de la Paz”. La paz que nos quiere dar es ilimitada, paz profunda e interior, paz esperada. Es la paz que está deseada por el corazón de todos. Cristo nos trajo una nueva vida, “cuando apareció la bondad y el amor de Dios… nos salvó”.

Navidad fiesta de salvación. La salvación brota de la presencia de Dios entre los hombres. La salvación es obra de la gran misericordia del Señor, es el cumplimiento fiel de las promesas a lo largo de la historia de la salvación, tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento.

Navidad fiesta de liberación. La liberación de Dios llega a superar a todos los que nos esclavizan, liberación del pecado, liberación del miedo, de la muerte, de todo mal. Liberación personal y comunitaria, liberación no simplemente política o material; es la liberación integral que Cristo vino a traernos con su Nacimiento.

Navidad fiesta de esperanza y desafío. El cristiano es hombre de esperanza, es fermento, es lucha, desafío, es pacífica–violencia contra la violencia–violenta que esclaviza a tantas personas. Compromiso, lucha y trabajo contra la opresión, el egoísmo, la incultura para transformar el mundo en el reino de la justicia, la verdad, la paz.

Les invito, hermanos y hermanas, a vivir la intimidad con el Señor en esta Navidad. A ser artífices de una Navidad auténtica y, esto es posible si dejamos que Cristo entre en nosotros como el único Salvador. Por ello, les animo a vivir la media noche, la Noche Buena, en la Eucaristía que nos hace partícipes de nuestra Navidad, para que Cristo nos centre con Dios Padre y en Él.

Todos somos responsables de hacer llegar a los demás, a los que no conocen a Cristo, a los que han perdido el verdadero sentido del Nacimiento del Redentor, el anuncio de Aquel que viene por nuestra salvación. Cristiano, anuncia a Cristo, sé discípulo misionero y canta lleno de Júbilo: ¡Oh admirable intercambio! El Creador del género humano, tomando cuerpo y alma, nace de una Virgen y hecho hombre sin concurso de varón, nos da parte de su divinidad.

¡Feliz Navidad del Señor Jesús! Les deseo de corazón una feliz fiesta de Navidad. Quien actúa por Cristo y quién le busca es feliz. ¡Felicidades!

Jesús Pérez Rodríguez, O.F.M.
Arzobispo de Sucre