(Argentina) El arzobispo emérito de Corrientes, monseñor Domingo Salvador Castagna, aseguró que “salta a la vista” la necesidad de la misión profética de la Iglesia, porque “la sociedad que integramos, ante la escandalosa hegemonía del mal, reclama a gritos una intervención superior que resuelva sus profundos conflictos”.
“Se han escuchado los gemidos desgarradores de hombres y mujeres, desamparados de la justicia humana, que acuden a Dios, el insobornable instaurador de la verdad y la justicia. Desde este ángulo de la reflexión se entiende el ministerio sacramental de la Iglesia”, recordó en su sugerencia para la homilía del Domingo de Pascua.
“La lectura piadosa de la Palabra y la predicación, como su instrumento humilde, que han impregnado saludablemente el tiempo de Cuaresma y la Semana Santa, concluyen en la Eucaristía. Un pueblo que celebra así su fe, se constituye en testigo auténtico del acontecimiento histórico de la Pascua. De esa manera, al ser un testigo tan cualificado, se convierte en transmisor y vehículo para que el mundo encuentre a su Salvador”, subrayó.