Días anteriores, fue muy comentado un suceso ocurrido sobre las “exigencias” que se pedían para el sacramento de bautismo.
Quizás muchos de nosotros que somos laicos hemos oído que la iglesia pone uno y otro impedimento para que uno pueda hacer su sacramento, que como su nombre lo dice, es un instrumento para hacernos santos.
Cuántas veces hemos escuchado frases, de católicos, como: “mi hijo se bautizará cuando él quiera y en la fe que él quiera”, “Mi hijo tiene entrenamiento de futbol y no tiene tiempo para hacer su primera comunión”, “Tanto tiempo para la confirmación, no tengo tiempo, si tengo que estudiar” o la más clásica, “El cura tiene que aceptar casarnos esta fecha porque ya tenemos el local y el conjunto contratados”. Y muchas otras que son del común diario de cristianos católicos.
Estamos tan acostumbrados a poner a Dios en segundo plano, que cuando nuestra madre iglesia nos pide requisitos, que son mínimos ya renegamos, queremos denunciar al cura ante el obispo, incluso hemos levantado “partes” de discurso de los Papas, para nuestra conveniencia.
En lo que refiere al Sacramento del Bautismo; los padres, estén casado o no, se hayan divorciado y rehecho su vida, que son situaciones de la vida; deberían pensar en el bienestar del niño o niña, así como no esperamos a que sea grande y decida si quieren la leche materna o si quieren una de lata o una que solamente hay en los mejores supermercados, sino que le damos la mejor. Es la importancia de acercar al Niño a Dios porque sabemos que lo mejor de lo mejor es él.
Va lo mismo con las vacunas, seremos consientes cuál es la mejor dosis y no le daremos, esta que es poquita o aquella que tiene una linda presentación en la ampolla. Es lo mismo en la elección de nuestros padrinos, muchas veces elegimos a alguien porque es buen amigo, tiene dinero y sabrá dar buenos regalos, y hasta porque comparten los fines de semana. Si es que hemos recibido una buena formación en la fe, sabremos que los padrinos hacen un compromiso muy serio para la buena guía espiritual del ahijado o ahijada, por tanto la iglesia como madre pide que los padrinos lleven una vida conforme a la fe. Y aquella pareja que vive conforme a la fe busca que Dios sea el primero en dirigir sus vidas y no espera a que exista dinero para hacer el gran derroche o se juntan para ver si el convivir juntos a va dar o no. Por tanto nuestros padrinos deberían ser coherentes con su fe, Joven soltero o soltera que vive plenamente su soltería o casados que viven plenamente su unión con Dios.
Es verdad que la iglesia no debe convertirse en una ONG o institución llena de burocracia; sin embargo nos pide, como madre, algunos elementos para crecer en la fe y podernos acercar a Dios como nos pide el mismo Jesucristo “Sean perfectos como mi Padre es perfecto” Mt 5, 48. Seamos conscientes de nuestra obligación como católicos, pues el que se siente amado también deberá amar y el amor, mis hermanos es compromiso es acción.
Si alguien nos da algo a nuestra conveniencia y de forma más sencilla preocupémonos porque estamos pecando y haciéndolos pecar. Seamos una iglesia formada fuerte, que cuando algún hermano externo quiera atacarla sepamos mostrar a aquel cuerpo, que ni los poderes del infierno podrán destruir.
Y recordemos que, en todas las iglesias se da el sacramento del bautismo, que no importa cuál es el más bonito, que eso no nos llevará al cielo que este no se niega, ni tampoco se somete a caprichos propios. Los sacramentos son de la comunidad; son con, en y para el pueblo de Dios. Si andamos con las ideas de quererlo privado, recordemos que el cielo no es V.I.P. sino de C.A.V.C (Cristianos que Aman y Viven en Comunidad).