Felicidades Patria Amada
Los rostros sufridos de mujeres mineras de Potosí en la marcha aún perduran en nuestras retinas, al igual que la violencia impotente que acompaño la marcha. La airada protesta de los estudiantes de la universidad de Cochabamba acompañada de violencia innecesaria también nos golpea. Estos son estremecimientos de la patria que no termina de solucionar sus problemas de fondo. Decimos la patria porque ella existe en su gente, esparcida por todo su territorio. Ahí estamos todos con nuestros sueños, esperanzas y desesperanzas.
Tenemos ricas culturas, diversidad de rostros, vestimentas, costumbres, riqueza humana en abundancia, bañada de alegría y ganas de vivir. Seguramente somos el país que más baila en las calles a lo largo del año. No hay problemas que maten la alegría de vivir y nuestra fe manifestada de diversas formas.
Por donde se mire encontramos gente trabajadora, gente del campo que se desploma de cansancio sólo al final de una larga jornada de trabajo, que no le teme al solazo del chaco, ni al frio del altiplano. En todos los campos encontramos a agricultores y ganaderos grandes, medianos y pequeños. Topamos en el Beni cosechadores que se internan en el monte para buscar los frutos de la castaña sin el temor a las fieras, o para vigilar el ganado en las pampas. Si subimos a la montaña nevada encontramos a los mineros internándose en los socavones para un trabajo rudo en el interior de las minas o a mujeres que recuperan el mineral en las faldas de las montañas. En las fronteras encontraremos a los militares, comerciantes y pobladores de los pueblos que cuidan la frontera de nuestro territorio.
En las ciudades son enjambre los obreros que ingresan a las fábricas y talleres, los albañiles que trabajan largas y agotadoras jornadas en las construcciones, los que limpian las calles y los que recogen la basura, las que venden frutas y verduras, empanadas y horneados en nuestras calles, las costureras, peluqueros y policías.
En las oficinas y bancos están los jóvenes aportando sus conocimientos y entusiasmo. En las radios, canales de televisión y periódicos trabajan afanosamente los comunicadores y comunicadoras. También están los jóvenes y niños que se preparan estudiando. Todos son la patria, a todos ellos nuestros homenajes y agradecimientos por seguir construyendo la amada patria Bolivia y el deseo que sus esfuerzos nos den el fruto de una patria que brinde oportunidades iguales para todos, un futuro brillante y seguro para los jóvenes.
¡Que la alegría de vivir en esta nuestra tierra generosa siga manifestándose en fiestas en todos nuestros pueblos y calles de las ciudades porque nuestra esperanza de mejores días está intacta¡
(El primer acto legislativo de la Primera Asamblea Constituyente Boliviana consistió en la sanción de la Ley del 11 de agosto de 1825 en la que se disponía que la denominación del nuevo Estado fuera en lo sucesivo República de Bolívar, que luego fue sustituida por la de República de Bolivia, consignando además que la capital del nuevo Estado se llamaría Sucre, en honor del Mariscal José Antonio de Sucre N.de la R.)