(Buenos Aires / Argentina) El arzobispo de Buenos Aires, monseñor Mario Aurelio Poli, llamó a los jóvenes a ser “muy solidarios” para que en este tiempo en el que prima la indiferencia abunden más gestos que transmitan la alegría de tener en el corazón la Buena Noticia de Jesús.
El prelado se expresó así al recibir a la columna de jóvenes de las parroquias y comunidades eclesiales de la arquidiócesis, que marcharon este sábado 1º de junio por la avenida Rivadavia, saliendo de Plaza Miserere, hasta la catedral metropolitana, en cuyo frente se realizó la solemne celebración del Corpus Christi.
Monseñor Poli se encontró con los jóvenes en la intersección de la Avenida de Mayo y Rivadavia. Subido a una camioneta, transmitió un mensaje de afecto del papa Francisco para los miles que marcharon con sus estandartes y característica alegría.
“Les mando un saludo muy cariñoso del papa Francisco para todos –comenzó diciendo-. Yo sé que a él le gustaría estar en mi lugar en este momento. ¡Bienvenidos al Corpus! Ustedes acompañan a Jesús y a la Virgen, pero en realidad la Virgen los acompaña a ustedes, y Jesús está en medio de ustedes”.
El arzobispo destacó que el Santo Padre, en la celebración del Cuerpo y la Sangre de Cristo celebrada el jueves 30 en Roma, hizo hincapié en aumentar la solidaridad. En este sentido, expresó: “Jesús quiere que nos alimentemos con este Pan para esta misión: llevar con la alegría de la fe y el empuje del entusiasmo en nuestro corazón la Buena Noticia de Jesús. Y uno de los gestos que más llega al corazón es la solidaridad, esa solidaridad gratuita, generosa, como ustedes saben hacerlo”.
“Por lo tanto –prosiguió-, acompañados de María y de Jesús, vamos a dilatar el corazón. Dejen entrar su corazón a Jesús y a su Evangelio. La Virgen sabe cómo llegar a ustedes. ¡Que Dios los bendiga, les disponga el corazón y la Virgen sea el consuelo que necesitan ustedes y sus familias!”.
Mensaje de Mons. Poli a los jóvenes antes de comenzar la celebración de Corpus Christi
En este momento, les mando un saludo muy cariñoso del papa Francisco para todos. Yo sé que a él le gustaría estar en mi lugar en este momento. ¡Bievenido al Corpus! Ustedes acompañan a Jesús y a la Virgen, pero en realidad la Virgen los acompaña a ustedes, y Jesús está en medio de ustedes.
Vamos a esperar toda aquella patota todavía porque se van arribando. A mí se me ocurre decirles que estoy viendo uno de los rostros más bellos de la Iglesia, que es la Iglesia joven. Son ustedes.
El otro rostro es el de los niños. Es una Iglesia que se refleja en su pureza. Con estos rostros, también con el rostro de los ancianos, con nuestros viejos, venimos al encuentro de Jesús resucitado. Hay que predisponer el corazón porque Jesús quiere tocarlo y convertirlo.
Antes de ayer, el Papa, en Roma, puso un acento que yo sé que va a hacer eco en el corazón de ustedes: los llama a ser muy solidarios, para que este tiempo, que es tan duro en muchos hombres y mujeres por la indiferencia, nosotros pongamos la solidaridad. Es una palabra humana, pero también es del Evangelio: seamos solidarios, crezcamos en la solidaridad.
Jesús hoy partiendo el Pan, quiere que nos alimentemos con este Pan para esta misión: llevar con la alegría de la fe y el empuje del entusiasmo en nuestro corazón es la Buena Noticia de Jesús. Y uno de los gestos que más llega al corazón es la solidaridad, esa solidaridad gratuita, generosa, como ustedes saben hacerlo.
Por lo tanto, acompañados de María y de Jesús, vamos a dilatar el corazón. Dejen entrar su corazón a Jesús y a su Evangelio. La Virgen sabe cómo llegar a ustedes. ¡Quie Dios los bendiga, les disponga el corazón y la Virgen sea el consuelo que necesitan ustedes y sus familias!.+