Análisis

ECONOMÍA EN CRECIMIENTO

En otras palabras, el anuncio del Ministerio indica que los niveles de empleo y de calidad de vida en el país mantendrían la tendencia creciente en el presente año, con todos los efectos dinamizadores de la actividad que el crecimiento conlleva.

Además, lo que ocurre en Bolivia forma parte de una tendencia que se observa también en el resto de los países de América Latina.

En efecto, la Comisión Económica para América Latina (CEPAL), por ejemplo, pese a que en su último reporte sobre la inserción internacional de América Latina y el Caribe bajó levemente sus proyecciones de crecimiento, prevé que el desempeño de la región estará alrededor del 4,4%. El Fondo Monetario Internacional (FMI), por su parte, en su más reciente reporte sobre las perspectivas de la economía mundial, destaca el crecimiento de América Latina, situando su previsión de crecimiento alrededor del 4%.

En ambos casos, tanto en el reporte de la CEPAL, como en el del FMI, se advierten los riesgos que la inestabilidad de las economías industrializadas genera para el corto y mediano plazo, así como la importancia creciente de las economías emergentes (con China a la cabeza) como artífices del crecimiento de las exportaciones de los países en vías de desarrollo.

Por otro lado, los organismos internacionales destacan que las previsiones para los países de América Latina se deben a que éstos han aplicado políticas de estabilización macroeconómica adecuadas y a que su dinamismo económico está muy vinculado con sus mercados internos, cosa que no sucede, por ejemplo, con muchas economías asiáticas, que orientan sus esfuerzos productivos a los mercados de todo el orbe y en esa medida son susceptibles a las fluctuaciones de la economía global.

En resumen, Bolivia goza hoy de un nivel de estabilidad económica y de crecimiento que es fruto del buen momento de los mercados de materias primas, de su orientación hacia el mercado interno y de una adecuada política macroeconómica.

Sin embargo, los expertos destacan que esta coyuntura de relativa estabilidad no tiene garantías de permanecer durante mucho tiempo; así, vale la pena discutir abiertamente si se pueden tomar medidas proactivas para que la economía de Bolivia tenga un nivel de “blindaje” frente a la crisis, como por ejemplo un fondo de estabilización, que bien podría ser financiado con los excedentes que se generan a partir del relativo auge de los mercados de materias primas.