Análisis

DÍA DEL MAR

Las autoridades no deben olvidar que la ciudadanía apoyará sin retaceos una nueva estrategia de retorno al mar sólo si se convence de sus ventajas

Como todos los años, hoy se conmemora el Día del Mar, en recuerdo de la acción heroica de Eduardo Abaroa frente a la invasión de Chile en la Guerra del Pacífico.

Además, esta ocasión es aprovechada, desde hace muchos años, para que el gobierno en funciones emita un mensaje dirigido a dos principales destinatarios. Por un lado, la ciudadanía que espera que quienes conducen los negocios de la nación presenten sus planes y estrategias dirigidos a recuperar una salida soberana al océano Pacífico. Por otro lado, las autoridades chilenas que también esperan este día para conocer los temas que el gobierno boliviano incorporará en su agenda sobre las relaciones entre ambas naciones y la política marítima.

Empero, no por ser recurrente se ha convertido en una rutina. Como se sabe, desde que el país fuera despojado de una salida soberana al Pacífico, una constante de la política internacional de todos los gobiernos que se han sucedido en el Palacio Quemado ha sido diseñar estrategias que permitan que el país recupere su cualidad marítima, y contra lo que se piensa, ha habido, en general, una relativa continuidad (con excepciones planteadas por intereses subalternos que confirman la regla y que se han presentado, valga la paradoja, en regímenes militares autoritarios y autoproclamados la esencia del nacionalismo).

De ahí que si hay un tema en el que no conviene mirar con desprecio el pasado es el de la búsqueda de fórmulas para retornar al Pacífico.

En ese contexto, el Gobierno actual se encuentra diseñando una nueva estrategia. Se debe recordar que  esta decisión emergió como consecuencia de la frustración que sintió el Primer Mandatario por el lento desarrollo de la política de diálogo con el vecino país, que se intensificó desde su asunción al poder y, en Chile, de la presidenta Michel Bachelet, pero que bajó de intensidad desde el cambio de guardia en La Moneda. Precisamente fue el 23 de marzo de 2011 cuando el Presidente anunció que esa política de diálogo fracasó por la dilación mostrada por Chile, razón por la que decidió cambiar de estrategia. En ese camino, el Presidente convocó a expresidentes y excancilleres para que puedan aportar al diseño de este nuevo camino, aunque, por lo que se conoce, su participación se redujo a un sólo encuentro.

De acuerdo a las informaciones que han salido desde el Órgano Ejecutivo, el país acudirá a los tribunales internacionales para encontrar respuesta a nuestra demanda marítima (estrategia que, en otras condiciones, fue también utilizada en la década de los 20 del siglo pasado), para lo cual ha conformado un equipo que funciona en la recientemente creada Dirección Estratégica de Reivindicación Marítima, y al que se ha dado la atribución de elaborar el procedimiento que seguirá el país en este campo, así como los alegatos jurídicos correspondientes.

Esto es lo que se espera que el Presidente informe hoy y abra un tiempo de debate intenso para que una propuesta para abordar el probablemente tema más importante en el sentimiento de la gente, pueda alcanzar un elevado consenso en la sociedad boliviana. Nuestras autoridades no deben olvidarse que la ciudadanía apoyará sin retaceos una nueva estrategia de retorno al mar sólo si se convence de sus ventajas.