Cochabamba

Devotos de la Virgen bailaron con fe a la Mamita de Urcupiña

“La Virgen fue buena con nosotros, ha alejado la nevada y nos ha regalado un cielo celeste para esta jornada en la que todos venimos a darle gracias por los regalos recibidos”. Así se inició ayer la “peregrinación hecha danza”, la entrada folklórica de la Virgen de Urcupiña.

Autoridades gubernamentales, departamentales y municipales del Valle Bajo y miembros de la Asociación de Fraternidades Folklóricas Virgen de Urcupiña encabezaron la fiesta. La fraternidad Chaco y Danza abrió el festejo, seguido de los Sambos Caporales y el Centro Cultural Masis de Quillacollo, cerca de las 09.30 de ayer, entre gélidas brisas y sol radiante.

“Son ocho años que bailo, somos puro quillacolleños y bailar para la Virgen junto a mi esposo es una alegría muy grande, hoy vengo a agradecer por todo lo que me ha dado”, manifestó Tatiana, una de las bailarinas de los Masis.

Al igual que ella, cientos de bailarines llegaron ante la Virgen, recorrieron cuatro kilómetros y medio al son de las bandas que también alegraron a la gente con la música y coreografías; trencitos y pirámides acompañaron a los fraternos, muchos lucieron la tricolor en sus trajes.

“El recorrido es mucho más largo que el de la entrada en Oruro, que el Corso, pero vale la pena. Es mi primera vez y además de pedir salud, vengo a agradecer por todo lo que me da, mi familia, trabajo”, dijo Paola Zubieta, de la morenada Los Andes.

René Valdez, presidente de la Asociación de Conjuntos Folklóricos Virgen de Urcupiña, explicó que “a pesar del primer inconveniente, una nevada que hizo complicado el arribo de fraternos y bandas, la Virgen ha querido que ya disfrutemos del espectáculo”. Los fraternos llegaron tarde al punto de partida, “como ejemplo, los Doctorcitos Magos Novenantes partieron con siete integrantes, pero llegaron con dos bloques al palco”.

Devoción. Fueron cuatro horas de baile, más de 60.000 fraternos peregrinaron al santuario de María de Urcupiña y al llegar a San Ildefonso cayeron de rodillas ante la Virgen, muchos con lágrimas de alegría para agradecer por los milagros regalados. “Cada año le pedimos que no falte salud, ya que sin salud no hay nada, por el trabajo y por la unidad de la familia”, manifestó Roberto Choque, fraterno de Salay Cochabamba.

Como otros años, Morales llegó ante la Virgen a pedir “paciencia para gobernar y para la oposición, le pido no equivocarme y si me equivoco corregir los errores, también sabiduría para ver las demandas e impulsar el crecimiento económico”, aseguró. El Mandatario pidió defender el patrimonio del país. “Qué bueno sería que Gran Poder, Oruro, Santa Cruz, Potosí, se junten para ver cómo mejorar estas fiestas”, aconsejó.

En el primer día de fiesta la gente se volcó a Quillacollo; desde el interior y exterior del país llegaron visitantes para participar de las diversas actividades. “Bailamos en la entrada, mañana estaremos en la misa central de fiesta y el domingo caminaremos hacia el calvario para arrancarle un sueño a la Virgen”, contó Manuel Torrico, feligrés que llegó por tercer año desde Salta, Argentina.

Al menos un millón de visitantes arribaron al santuario, según el ministro de Cultura, Marko Machicao. Esta cifra podrá ser confirmada porque este año se implementó un “observatorio” para conocer la cantidad de gente que visita el valle, el flujo económico y su lugar de procedencia.