Santa Cruz

Comienza la Cuaresma, tiempo para volver a Dios, dice Monseñor Sergio

Con la exhortación a romper las cadenas del pecado y volver a poner a Dios en el centro de nuestra vida, Monseñor Sergio Gualberti ha presidido la Eucaristía este miércoles de ceniza desde la Catedral de Santa Cruz acompañado de sus Obispos auxiliares, abriendo así el tiempo de Cuaresma. Los fieles llenaron la catedral y recibieron la ceniza en la frente con la frase “conviértete y cree en el evangelio”.

En su homilía Monseñor Sergio indicó que la Cuaresma es un tiempo de conversión y que “convertirnos es volver a Dios (…) El primer paso para encontrarnos con Dios es reconocer que somos pecadores” aseguró a tiempo de invitar a todos los cristianos a aprovechar esta cuaresma para “volver a poner al centro de nuestra vida a Dios”.

“Es también una invitación a rasgarnos el corazón, para romper las cadenas del pecado y vivir la gracia de Dios” indicó el prelado.

Más adelante Monseñor Sergio reflexionó que “La cuaresma no es solo un tiempo de penitencia y de prácticas acéticas sino un tiempo de renovación profunda de nuestra vida interior” en  el que “El acento no es tanto las prácticas cuaresmales sino la acción santificadora de Dios, es Él el que toma la iniciativa” aseguró.

El pastor de la Iglesia cruceña invitó a aprovechar este tiempo como un camino de renovación de nuestro bautismo en el que debemos sacudirnos de la rutina  de nuestra vida cristiana.

En la biblia, dijo Monseñor, el número “40” es un tiempo de preparación para eventos fundamentales. Jesús mismo pasó 40 días en el desierto rodeado detentaciones antes de iniciar su misión, recordó el prelado y añadió que “el evento fundamental para el que nosotros nos preparamos es la Pascua, la victoria definitiva de Cristo sobre la muerte”.

La ceniza

El Arzobispo indicó que la ceniza nos ayuda a entrar en contacto con el polvo con el que fuimos formados a imagen y semejanza de Dios. Este signo, según explicó, nos recuerda que nuestro cuerpo volverá a la tierra pero nuestro espíritu estará siempre con Dios. Por tanto, la ceniza nos ayuda a “Tomar conciencia  de nuestra finitud y nuestras limitaciones”.