Más de 300 infantes que viven en los hogares de acogida de las Aldeas de Niños Padre Alfredo, necesitan de la solidaridad de la población cruceña para cubrir sus necesidades básicas. Los hogares reciben aportes de la Gobernación y del Municipio; sin embargo, son insuficientes, por ello están en campaña para conseguir que padrinos e instituciones se identifiquen y sumen a esta causa.
La salud del religioso no es de las mejores y debido a que aparece poco en público, mermaron las donaciones.
La ayuda de las autoridades locales es insuficiente. “Los administradores de la Aldea de Niños Padre Alfredo no escatiman recursos y tiempo para conseguir cubrir los gastos que cada mes demanda toda la institución que trabaja con niños de escasos recursos que no tienen familia. La situación es crítica y se acrecienta en los primeros meses del año, cuando los gastos educativos por la compra de útiles escolares, duplican el presupuesto de todos los meses.
“Necesitamos cubrir un gasto promedio de 500 bolivianos por cada uno de los 300 niños que aquí viven”, explica Roxana Díaz, que desde hace algunos meses atrás ocupa el cargo de administradora, pero esta tarea no es nueva para ella, pues lleva muchos años ligada a la institución, desempeñando otras funciones. “El municipio nos ayuda con un aporte único que realizan cada año; sin embargo, son 50.000 bolivianos que solo cubren 3 meses de servicios básicos”.
La imagen del padre Alfredo Spiessberger. La sola presencia del padre Alfredo, como es conocido en nuestro medio, bastaba años atrás para que los corazones solidarios se apeguen a él y depositen aportes solidarios; sin embargo, el mal de Parkinson afecta y deteriora su salud, por lo que se ve imposibilitado de caminar y buscar el apoyo de instituciones y empresas amigas que antes lo apoyaban.